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'Completemos la Revolución Americana'


Helga Zepp–LaRouche, presidenta del BüSo.

por Ortrun Cramer

"La misión de Europa: crear un futuro para seis mil millones de personas". Ese fue el foco del congreso del partido Bürgerrechtsbewegung Solidarität (BüSo, Movimiento de Derechos Civiles Solidaridad) de Alemania, que tuvo lugar en Berlín el 26 de enero. El congreso escogió una lista de 86 candidatos, encabezada por Helga Zepp–LaRouche, presidenta del partido, para participar en las elecciones al Parlamento Europeo que tendrán lugar el próximo 13 de junio. Los que siguen a la señora Zepp–LaRouche en la lista, de la que una tercera parte son menores de 25 años de edad, son los jóvenes Alexander Pusch, Christoph Mohs y Thomas Rottmair.

A la juventud alemana le atrae el BüSo no sólo por la soluciones programáticas que ofrece a la crisis económica mundial, sino especialmente por el entusiasmo con el que sus miembros encaran la tarea de cumplir con esos proyectos inconclusos de la Europa humanista, fundamentados en el respeto a los derechos humanos, la búsqueda de la felicidad y el bienestar general, cosas que Leibniz, Mendelssohn, Schiller y Humboldt trataron de llevar a la práctica hace dos siglos, junto con sus amigos en Francia, Polonia, Dinamarca y las otras naciones europeas. Ellos fueron inspirados por sus amigos americanos, quienes fundaron la primera república libre y soberana en la historia con la Revolución Americana. De allí que la otra consigna electoral del BüSo es "Completemos la Revolución Americana en Europa".

El BüSo no es un partido pragmático propenso a la realpolitik; más bien ve al pragmatismo como una amenaza mortal, dada la crisis económica mundial extraordinaria que ahora encaran Europa y el mundo. De allí que mantiene un apego a los grandes poetas y pensadores del pasado.

En su discurso de fondo, Helga Zepp–LaRouche se valió de Federico Schiller para demostrar esto. "Nos encontramos en una encrucijada histórica, y a uno involuntariamente le viene a la mente el prólogo de Wallenstein, que dice: `Se abordan las grandes cuestiones de la humanidad: la guerra y la paz' ". Zepp–LaRouche recalcó la urgencia de establecer la "solidaridad" en su verdadero sentido cristiano, para contrastar la presente situación con lo que describió como "puro darwinismo social", una expresión lógica del "neoliberalismo fracasado". Zepp–LaRouche hizo hincapié en el derrumbe del sistema financiero mundial que asoma, y dejó en claro las alternativas que encaran Europa y el mundo: el caos y el fascimo, o una reorganización del sistema monetario mundial (un Nuevo Bretton Woods) que pueda asegurar el derecho al desarrollo de todos los pueblos y naciones.

La señora Zepp–LaRouche demostró que el fascismo no es una amenaza inventada, y describió el fenómeno del "sinarquismo", la madre común del fascismo, el comunismo y otras formas de gobierno totalitario surgidas en los últimos 200 años. "Los sinarquistas siempre vienen con disfraces diferentes. Hoy no aparecerán como nazis, sino a veces tal vez como juristas, o tal vez administradores", advirtió. Apuntó al papel cada vez más dominante de los llamados "asesores", y de los centros de estudios privados que cada vez ejercen mayor influencia en la toma de decisiones.

Hay círculos derechistas e izquierdistas que están lanzando un ataque frontal contra la Ley Básica de Alemania, y uno de sus padres espirituales es el mismo Arnulf Baring que escribió un artículo que apareció en el Frankfurter Allgemeine Zeitung en noviembre de 2002, titulado "Ciudadanos, a las barricadas", en el que se lamentaba de que la Ley Básica no tiene un Artículo 48 como la Constitución de Weimar, que le permitía al gobierno gobernar por Notverordnung (decreto de emergencia). Lo que motivó la diatriba increíble del profesor Baring en ese momento fue la oposición del canciller Helmut Schröder a la guerra de Iraq, misma que Baring calificó de metida de pata.

Un conflicto en la historia intelectual europea

Sin situarlas en la historia intelectual de Europa, uno no podrá entender el peligro que representan para las actuales constituciones europeas las declaraciones de Baring y las campañas de los sinarquistas. De allí que la señora Zepp–LaRouche habló en detalle sobre las tradiciones políticas y filosóficas de pensamiento totalmente encontradas que han definido la historia intelectual de Europa, empezando con el ensayo de Schiller, "Solón y Licurgo". Por una parte, el historiador Schiller describe la constitución espartana como un modelo oligarca de sociedad, en la que una élite minúscula trata a la población como ganado humano. En la antigua Roma a esto se le llamaba "pan y circo". ¿Cuál es la situación en la actualidad?

La señora Zepp–LaRouche hizo el contraste entre la negación de la capacidad de razonar del hombre, y la descripción que hace Schiller de la constitución de Solón de Atenas. La meta de la raza humana es el progreso. Así lo pensaban Platón, san Agustín y Nicolás de Cusa, y sus ideas a la larga condujeron a la formación de los Estados soberanos. Esta idea platónica–agustiniana, de que el hombre es intrínsecamente capaz de desarrollar sus capacidades cognoscitivas y de descubrir las leyes de desarrollo del universo, tomó arraigo en la tradición intelectual humanista europea. En este sentido, Zepp–LaRouche elogió el genial Tratado de Westfalia de 1648, que decía: "Toda política exterior debe fundamentarse en el principio del amor, y debe tener como norte el beneficio del prójimo. Este es el principio del derecho internacional moderno, y es el aporte singular de Europa a la historia política de las ideas".

Pese a que las ideas de la Revolución Americana provinieron de Europa, no pudo establecerse una constitución en Europa que siguiera los lineamientos de la estadounidense debido al contraataque del Imperio Británico representado por lord Shelburne. Zepp–LaRouche describió de forma sumaria la historia constitucional de Alemania. Luego de las guerras napoleónicas, Guillermo de Humboldt y Freiherr vom Stein trataron de desarrollar una constitución alemana apegada al espíritu de la paz de Westfalia y la Constitución de los Estados Unidos. Según Humboldt, Alemania no debería buscar su identidad en defenderse de Francia, sino, más bien, en "desarrollar libremente y con fortalza su propia identidad, para desempeñar un papel benéfico en el centro de Europa fundamentado en el desarrollo nacional calmado y sereno". Desgraciadamente, Alemania no se unió acorde a las ideas de Schiller y Humboldt, sino más bien bajo Bismarck, luego de la guerra contra Francia.

"En este sentido, la fundación de la amistad franco–alemana emprendida por Konrad Adenauer y Charles de Gaulle fue un paso feliz, que no era para nada de suyo evidente dados los antecedentes históricos", dijo Zepp–LaRouche. "Profundizar esa amistad aún más debe ser el centro de una visión para la política europea". Francia y Alemania, en colaboración con Rusia y China, deben darle al continente eurasiático una perspectiva de paz a través del desarrollo de grandes proyectos tales como el Puente Terrestre Eurasiático, o proyectos espaciales conjuntos y una "iniciativa de defensa biológica" contra la propagación de pandemias devastadoras. La cooperación pacífica de Eurasia y los EU fuere posible si LaRouche fuera Presidente de los EU. Esta será la visión que guiará la campaña electoral del BüSo.

La misión continua de Europa

La misión humanista que le toca a Europa fue elaborada en mayor detalle por Jacques Cheminade, presidente de la contraparte francesa del BüSo, Solidarité et Progrès, y por Poul Rassmussen, presidente del Instituto Schiller de Dinamarca. Cheminade rememoró los grandes discursos de De Gaulle, quien hablaba de desarrollar la libertad europea en la tradición de la construcción de las grandes catedrales. Desde un principio De Gaulle quería que la catedral europea fuera lo suficientemente grande y abierta para que todos cupieran. Cheminade demandó la construcción de la "catedral europea" desde el Atlántico hasta el mar de China.

Poul Rasmussen presentó otra imagen de los lazos que deben conectar a Europa: el puente a través del estrecho de Fehmarn debe construirse lo más pronto posible. Respecto al puente espiritual entre Alemania y Dinamarca, Rasmussen habló sobre la "edad dorada" de Copenhage a principios del siglo 19. Federico Schiller recibió ayuda financiera por muchos años de amigos daneses, pero además fue August Hennings, primer secretario de la embajada de Dinamarca en Berlín, quien entabló amistad con Moisés Mendelssohn. Hennings formó parte de un círculo de estudiosos alemanes, suizos y daneses que apoyó la Revolución Americana, y que posteriormente ayudó al marqués de Lafayette y a su familia, al regresar de luchar por la libertad americana al cautiverio en Francia.[FIGURE 51]

El BüSo no es un partido común y corriente, sino que busca plasmar finalmente en la realidad los proyectos inconclusos del humanismo platónico–cristiano de la historia europea, poniendo en práctica las ideas de derecho constitucional e internacional, desde Solón hasta Leibniz y Schiller, para que Europa deje atrás los horrores del siglo 20, y haga del 21 un siglo de paz, justicia y un nuevo Renacimiento. En el mismo espíritu, Lyndon H. LaRouche conduce su campaña electoral en los EUA, recordándole a los americanos su mejor tradición, la de las ideas de Benjamín Franklin, Abraham Lincoln y Franklin Roosevelt, que deben triunfar sobre el partido neoconservador belicista.

Las tradiciones de Leibniz en Europa y de Franklin en los EU son idénticas. Después de todo, Franklin estudió los manuscritos de Leibniz en lo tocante a la búsqueda de la felicidad cuando estuvo en Alemania en 1765. Por eso Helga Zepp–LaRouche propuso incluir la búsqueda de la felicidad como uno de los derechos inalienables en el programa electoral del BüSo. Contrario a la opinión popular de los alemanes hoy día, el BüSo no quiere "regresar al pasado", porque las mejores ideas de nuestros antepasados aún no se han puesto en práctica.


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