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Con todo respeto, señor Hommes, usted no sabe lo que dice


La Orqueta Sinfónica de Colombia.

Entrevista que la violinista Liz Ángela García, concertina encargada de la Orquesta Sinfónica de Colombia, concedió el 8 de diciembre de 2002 a Javier Almario y Maximiliano Londoño de la revista EIR.

EIR: Maestra Liz, antes de ser concertina de la Orquesta usted estudiaba en Alemania. ¿Cuántas orquestas hay en Alemania financiadas por el Estado, sean nacionales, estatales o municipales?

Maestra García: En Alemania hay 300 orquestas estatales. Hay por lo menos una orquesta en cada ciudad. En Munich, donde yo estudié, hay 5 orquestas, y de esas 5, hay dos que son inmensas, la Orquesta Sinfónica de Munich y la Orquesta Universitaria, orquestas realmente completísimas.

En Berlín había 7 orquestas, claro que con la reunificación de Alemania Oriental y Alemania Federal algunas se fusionaron, pero de todas formas quedaron 5 orquestas en Berlín. Como le decía, hay por lo menos una orquesta en cada ciudad y todas son financiadas por el estado.

EIR: ¿Existen orquestas privadas en Alemania?

Maestra García: En Alemania las orquestas son estatales, aunque no sé si en los últimos 2 años hayan creado alguna privada. No creo.

EIR: Yo sé que esto es desproporcionado, pero, ¿qué tal si compara Alemania con Colombia en ese aspecto?

Maestra García: En Colombia sólo hay dos orquestas, la Filarmónica de Bogotá y la Sinfónica de Colombia, que han subsistido con enormes dificultades. Sólo existen esas dos en realidad.[FIGURE 41]

EIR: Y, si sólo hay dos, ¿por qué quieren acabarlas?

Maestra García: Es una política que ha adoptado el estado, siguiendo el absurdo modelo de la privatización y la globalización.

¿Y dónde está el presupuesto?

EIR: El primero que habló públicamente de eliminar la Orquesta Sinfónica fue Rudolf Hommes, ex ministro de Hacienda y asesor del presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, pero, ¿cuál es la información oficial que ustedes tienen?

Maestra García: Oficialmente, ninguna información. Simplemente que después del artículo de Hommes, algunos de los músicos de la Orquesta buscaron la información presupuestal en Planeación Nacional, y descubrieron que nuestro presupuesto había desaparecido y se había asignado a otras actividades.

Entonces, esta información, más otra que hemos recibido en el sentido de que hay un plan para desaparecer la Orquesta, nos llevó a adelantar esta campaña en defensa de la Orquesta y la cultura en Colombia.

EIR: Parafraseando al ex presidente de Colombia, Ernesto Samper, en el momento álgido del escándalo del narcofinanciamiento de su campaña, ¿está haciéndose eso a "espaldas" del presidente Uribe, o él personalmente tomó esa decisión?

Maestra García: Me temo que el Presidente aprobó personalmente esa decisión.

EIR: ¿No es eso contradictorio, si se tiene en cuenta que el Presidente dijo que iba a promover que los niños tocaran instrumentos musicales, porque un niño que empuña un instrumento es un niño que jamás empuñará un arma para ningún grupo terrorista?

Maestra García: Completamente contradictorio. Es un problema de definir hacia dónde va el país. Es absurdo fomentar que los niños aprendan música y toquen instrumentos, y que al mismo tiempo se cierren las orquestas. La mayor aspiración de un estudiante de música es pertencer a la Orquesta Sinfónica o a la Filarmónica. Me parece muy bien que los conservatorios, las escuelas de música y las academias generen interés por la música, pero también tiene que producirse música a nivel profesional.

Nosotros somos 75 músicos, la gran mayoría muy jóvenes, que con un buen apoyo y propaganda podríamos llegar a mucha más gente y participar más en la educación musical de esos niños y jóvenes que están preparándose.

EIR: Un argumento recurrente entre los que, a nombre del Fondo Monetario Internacional, quieren eliminar el presupuesto para la música clásica, es que esta dizque es música "extranjera" que no forma parte de nuestra cultura autóctona. Con ese argumento, el entonces presidente colombiano Virgilio Barco eliminó el Coro de Colcultura y la Ópera de Colombia, y eliminó el financiamiento estatal para la ópera. Ese mismo argumento lo utilizó la hoy finada ex ministra Consuelo Araujo Noguera, quien alegaba que casi todo el presupesto de la cultura se usaba para promover la música "extranjera", como la ópera y las orquestas de música clásica, y que, en cambio, fomentar el vallenato era más barato y era música "propia".

Maestra García: Yo pienso que toda la música tiene su expresión en un espacio propio de la misma. Y no hablemos sólo del vallenato, hablemos de nuestra música folklórica: bambucos, pasillos, música llanera y la música indígena. Pero, además de esta música, que de pronto consideramos muy propia, es necesario que todo el mundo tenga su encuentro con la universalidad, con los compositores y la música de otros países, especialmente la música que ha trascendido a una universalidad. Algunos piensan que lo único auténticamente nuestro sería la música indígena. Pero resulta que también tenemos el influjo de la población que vino de África, la que llegó de España y la influencia de los demás países europeos. Nuestra cultura es, definitivamente, europea.

La música, en última instancia, es univeral.

Con todo respecto, señor Hommes. . .

EIR: Y la música "indígena" que se preserva hasta nuestros días se compuso después de que los sacerdotes españoles les explicaron a los indígenas las escalas diatónicas y la escritura y lectura de la música.

Por otra parte, el acordeón, tan imprescindible en el vallenato, fue traído al Caribe por los piratas ingleses y franceses. En Colombia se fabrican violines, pero no acordeones, que todos son importados.

Maestra García: ¡Y qué decir del idioma! Hablamos y nos comunicamos en español, y no en los dialectos indígenas. Nuestras raíces culturales son europeas, con nuestras características propias colombianas. La Orquesta Sinfónica es una expresión colombiana de la cultura universal, que tomó mucho tiempo y esfuerzo para concretarse y mantenerse en la forma en que la tenemos. Es un esfuerzo que requiere músicos con muy buenas bases y muy buena disciplina, que se seleccionan de una manera muy rigurosa y cuidadosa. La mayoría de los músicos de la Orquesta somos colombianos, hemos interpretado muy buenos arreglos orquestales clásicos de música colombiana, tocamos para el pueblo colombiano e interpretamos música universal para un público colombiano.

Aquí no podemos decir que el vallenato se debe fomentar porque mucha gente lo escucha, y que, en cambio, relativamente poca gente nos escucha a nosotros. No podemos fijarnos únicamente en la cantidad. También la calidad cuenta. Eso es lo que representa la Orquesta; con nuestra calidad estamos dándoles un gran ejemplo a las futuras generaciones.

La música que hoy en día es popular es más un fenómeno de los medios de comunicación que de formación musical. Nosotros si somos formación. Con todo el respeto para el señor Hommes, él no sabe lo que dice. La música, la cultura y la educación de un pueblo son muy importantes para cualquier nación y para su economía. Hay una gran cantidad de valores que no pueden contarse en números o en dinero. Al país no pueden cerrársele los campos de la educación y la expresión artística.

EIR: ¿Qué cree que le falte a la Orquesta Sinfónica para que funcione mejor?

Maestra García: Hay muchas cosas que se tienen que hacer, especialmente en el área de la divulgación. Por el presupuesto tan reducido, no hay divulgación para que el público sepa lo que hace la Orquesta. Muy de vez en cuando se publican afiches para anunciar los conciertos y no hay absolutamente nada de propaganda en la radio ni en la televisión.

Otro gran problema es que la Orquesta no tiene sede y la gente no sabe donde encontrarnos. A veces ensayamos en un sitio, a veces en otro; somos músicos errantes. El resultado es que no tenemos el público que debiéramos tener. La gente que va a los conciertos lo hace porque escucha el rumor de que la Orquesta tocará en alguna parte.

EIR: Luis Biava, quien fue director de la Orquesta Sinfónica de Colombia, ahora es director de la Orquesta de Filadelfia, y escribió una carta en defensa de la Orquesta Sinfónica. Si se cierra la Orquesta, ¿cree que eso fomentará la fuga de cerebros?

Maestra García: Ya hay una fuga de cerebros muy grande. Yo creo que parte de los músicos trataría de conseguir empleo en el exterior y se le estaría mandando un mensaje a los jóvenes que están preparándose, en el sentido de que en Colombia no tendrán futuro en su profesión. Pero yo soy optimista, porque el público nos está respaldando, y ese público incluye a intelectuales influyentes. Estamos recibiendo infinidad de cartas de apoyo. Además, pasamos por el mejor momento musical de la Orquesta, dado que el maestro Irving Hoffman ha hecho un trabajo excelente.

EIR: Usted perteneció a la Orquesta Filarmónica de Bogotá. ¿Cree que en la Filarmónica la situación esté mejor?

Maestra García: No me parece. De hecho, cuando a mí me nombraron concertina asistente de la Sinfónica, la plaza que yo dejé en los primeros violines no se cubrió y no se ha llenado.

EIR: ¿Qué siente usted al tener que salir de su papel de concertina encargada, al de vocera política de la Orquesta?

Maestra García: Un poco extraña. Bueno, yo no soy vocera política de la Orquesta, pero he tenido que defenderla públicamente con argumentos, aunque para mí lo mejor sería aportarle al país con mi violín. A todos nos ha tocado salir de ese papel un poco aislado que tenemos los músicos, para hablar con congresistas, periodistas, improvisar discursos. Todos nos hemos convertido en voceros de la Orquesta. Fruto de esta crisis, hemos pasado por un proceso muy acelerado de concientización que me parece bueno, y estoy optimista de que esta batalla la vamos a ganar.

Ud. puede encontrar mayor información sobre el mismo tema en la siguiente dirección electrónica:

http://www.larouchepub.com/spanish/other_articles/2003/FMIcierraSinf.html



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