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'¿Es posible convertir la construcción del puerto de
La Unión en un detonante de desarrollo?'

Documentation: Entrevista: Roberto Turcios

La corresponsal de EIR en París, Christine Bierre, entrevistó a Roberto Turcios, Miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo y coordinador regional de la Zona del Este en El Salvador, en ocasión de una visita que hizo a su país natal en diciembre de 2002. La siguiente es una versión ligeramente abreviada de dicha entrevista.

Bierre: Un nuevo puerto se construirá en el Departamento de La Unión, pero, según entiendo, los planes de la Comisión Nacional de Desarrollo van más alla que sólo la construcción del puerto.

Turcios: La respuesta a esta pregunta es afirmativa, siempre y cuando se cuente con una red de agrupaciones ciudadanas y productivas que sean capacez de darle vida a una estrategia de desarrollo local y regional. Es un planteamiento que tiene como idea principal la apreciación de una oportunidad de desarrollo en la region oriental del país, a partir de la construcción del puerto de Cutuco en La Unión. Es una respuesta a una pregunta: "¿Es posible convertir la construcción del puerto de La Unión en un detonante de desarrollo?"

El puerto comenzará a construirse en el primer semestre del próximo año. Es un proyecto cuyo costo estimado es de más de 100 millones de dólares norteamericanos, que se va a dar en una ciudad con unos 50.000 habitantes, La Unión.

Bierre: De todas maneras esta inversión importante para la región cambiará, necesariamente, las condiciones de vida de la población local. ¿Cuántos empleos esperan crear?

Turcios: Ya está cambiando la historia en la región, con la evidencia de una oportunidad y desafío al mismo tiempo. Una empresa española, atunera, ya comenzó a construir su muelle y embarcadero para el procesamiento y empacado de atún. Se trata de una planta de las más importantes del Pacífico centroamericano. Sin embargo, esa empresa trajo todo, los ladrillos para construir las paredes de las oficinas, los clavos, los tractores pequeños, no compró nada significativo en El Salvador.

Bierre: Eso es un problema. Si ya vienen con todo, el efecto multiplicador sobre la economía regional será mínimo.

Turcios: Exacto, es uno de los problemas que hay que evitar. Esta es una inversión significativa por la naturaleza del puerto a construir, el cual se especializará en el manejo de contenedores. En este momento el puerto de Acajutla (situado en el occidente del país) no es, ni tiene las condiciones naturales para ser un buen puerto especializado en eso. El éxito del puerto de La Unión supone un uso trinacional: Honduras, Nicaragua y El Salvador.

Bierre: Pero, ¿el proyecto es nacional o trinacional?

Turcios: Es un proyecto nacional, pero en el planteamiento de la Comision Nacional de Desarrollo es visto como una oportunidad trinacional porque, si tu examinas el mapa centroamericano, la ubicación estratégica con las mejores condiciones es la de La Unión. Este puerto está dentro del golfo de Fonseca, a muy poca distancia del puerto de San Lorenzo, único puerto del Pacífico hondureño. Honduras no tiene costa hacia el Pacífico, pero si tiene un mar interior que es el golfo de Fonseca. Muy cerca, está el puerto nicaragüense de Corinto. De manera que, con bastante realismo, puede pensarse en un sistema de puertos que sirva a los tres países. Si a esto le sumas que La Unión tiene condiciones naturales para ser la terminal de una vía interocéanica entre Atlántico y Pacífico, tienes una oportunidad extraordinaria en un momento en que se viene el cambio de rutas comerciales y productivas en América Central.

Si tú haces el recorrido de La Unión hacia puerto Cortés en el Caribe hondureño, o sea en el Atlántico, lo que falta por construir de carretera en Honduras son 100 km para crear un canal seco. Si estuviera pavimentado ese tramo, y si estuviera terminado el puerto de La Unión, un camión con un contenedor estaría saliendo del Pacífico y entrando al Atlántico en siete horas y media. Es decir, que te sitúas competitivamente frente al canal de Panamá, que es la otra gran ruta interoceánica.

Bierre: Este nuevo puerto estará limitado al comercio entre los tres países del golfo de Fonseca, o podrá también recibir barcos internacionales?

Turcios: Por supuesto. Allí la profundidad va a ser de 14 m, es decir, eso da capacidad para buques o barcos grandes con carga de contenedores y carga a granel. La Unión está en un golfo con islas; eso hace que sus oleajes sean menores. Normalmente, un puerto de contenedores necesita un rompeolas; en La Unión eso no es necesario. Sus islas actúan como rompeolas sin bloquear el paso a barcos grandes.

El desafío para la región lo han planteado algunos especialistas con bastante claridad. Terminar el puerto supone que lleguen barcos cargados. El Salvador y Centroamérica importan lo suficiente como para pensar que hay bastante tráfico de barcos con mercaderías que llegan a Centroamérica.

Bierre: ¿Y éste es el caso en este momento?

Turcios: Sí, pero la carga se distribuye. La carga para El Salvador llega, en parte, a través de Guatemala y sus puertos en el Atlántico, otra se recibe de Sudamérica en Acajutla, puerto salvadoreño en el Pacífico, otra llega del Atlántico a Acajutla, pasando por Panamá. Este nuevo puerto va a abaratar costos para los productores, importadores y exportadores nacionales. Pero, la pregunta clave es, ¿qué se llevarán los barcos de regreso? Eso, por ahora, no tiene respuesta.

El aprovechamiento de la oportunidad exige, entonces, un aumento y una diversificación de la producción regional. Con base en esta preocupación se logró un acuerdo con el gobierno de Japón para que enviara una misión de quince especialistas a estudiar la región durante un año, para presentar una propuesta de diversificación productiva y aumento de los bienes exportables.

Bierre: El proyecto tiene que responder también al problema siguiente: [supongamos que] llegaron los contenedores a La Unión, ¿cómo se desplazan? Eso nos lleva hacia el canal seco, a la mejora de las carreteras, a una construcción de infrastructura. Tengo entendido que ya están construyendo tramos de carreteras.

Turcios: En enero debe comenzar a construirse la salida de La Unión, lo que se le llama el "bypass", que sale del puerto y pone a los camiones 10 km adelante de la ciudad por una vía paralela.

Yo creo que el problema es más dramático. No es exagerado decir que lo que se tiene, en el fondo, es el dilema respecto al desarrollo de países como El Salvador. Cuando digo desarrollo, estoy entendiendo una salida de la pobreza, del atraso, desarrollo humano. El proyecto del puerto no fue concebido como un conjunto de políticas capaces de provocar un proceso global de desarrollo.

Bierre: El Salvador tendría que inspirarse en Colbert y en cómo creó el puerto de Roquefort en el siglo 17. Por razones militares, Francia necesitaba un puerto importante en el Atlántico y, a partir de tierras pantanosas donde no vivía nadie, construyeron en algunos meses, de cero, ¡un puerto y una ciudad de 50.000 habitantes! Allí se instalaron los astilleros, se produjeron las partes de los barcos que se armaban siguiendo las instrucciones de manuales de producción concebidos por los científicos de la Academia de Ciencias francesa. Se trataba la madera, se producía la cuerda y se fundían los metales. Para que la gente aceptara venir a trabajar en este proyecto, se le propusieron salarios relativamente altos y condiciones de seguro social que no existían en esta época en ninguna parte. ¡[Incluso] Se crearon escuelas para capacitar a los productores y a los marineros!

Turcios: Había una verdadera visión. En este caso, el proyecto del puerto está aprobado, está ya diseñado, ya en la fase de licitación de la empresa constructora, pero hasta hace seis meses no había proyecto para la ciudad en donde se va a construir el puerto. A raíz de ésto, el grupo ciudadano de La Unión planteó la idea de una ciudad–puerto.

Además de ese proyecto, el planteamiento regional incorpora otro proyecto estratégico, indispensable, que es la recuperación del río Grande de San Miguel y la transformación productiva de la cuenca de ese río. Es un proyecto grande, el doble de caro que el del puerto y, por el momento, sólo está formulado.

Bierre: ¿En qué forma está relacionado con el puerto?

Turcios: Está relacionado porque implica la base de la transformación productiva de toda la región. Es el segundo río en importancia del país, después del Lempa. Está deteriorado, contaminado, sin ningún tipo de tratamiento. Una recuperación del río supondría una creación de distritos de riego, lo que cambiaría la historia de la agricultura y supondría reforestación. Este es un segundo proyecto.

A la par de este tipo de proyectos, cada grupo ciudadano tiene el suyo propio. Un grupo de ganaderos tiene su proyecto de construcción de una planta procesadora de lácteos para la producción regional. Hay un grupo en el norte de la región que tiene un proyecto turístico.

Lo que se está buscando es que al momento que se esté poniendo la primera piedra del puerto, estemos poniendo la primera piedra de nuestro proyecto, que supone un desarrollo local y regional.

Bierre: ¿Estos proyectos conciernen únicamente el departamento de La Unión?

Turcios: No. Concierne a toda la región de Oriente, que integra a cuatro departamentos; una tercera parte del territorio nacional y una quinta parte de la población nacional.

Bierre: ¿De dónde vienen los 100 millones de dólares para la construcción del puerto?

Turcios: Es un préstamo de Japón, país que está muy interesado en que el puerto sea visto como un factor de desarrollo regional. Los intereses que cobran son muy bajos, puesto que también desean que se les pague el préstamo.

Bierre: En una época, la simple idea de un segundo canal entre el Pacífico y el Atlántico, además del canal de Panamá, podía provocar guerras. Para los norteamericanos era impensable que un nuevo canal que no estuviera bajo su control se contruyera en esta zona estratégica. ¿Ha cambiado esta posición recientemente?

Turcios: Yo creo que, en el caso nuestro, el primer problema es centroamericano. Hay tal falta de voluntad centroamericana, que impide ver la potencialidad de una idea como ésta. Esta idea es muy barata. Son únicamente cien km los que están pendientes de pavimentar, por un costo de millón y medio de dólares por kilómetro. Se está hablando, entonces, de una ruta interoceánica de 150 millones de dólares, pero supone una voluntad política centroamericana que nunca ha existido. Ese es el primer problema. Hay que crear una voluntad centroamericana.

Bierre: ¿Hay negociaciones encaminadas para terminar esta carretera?

Turcios: En este momento no las hay. El golfo de Fonseca tiene potencial, pero supone el acuerdo de 3 países. La Comisión Nacional de Desarrollo tiene una idea, pero es muy novedosa para una historia que ha sido muy conflictiva. Si uno examina la historia del Golfo, la causa del último conflicto entre Honduras y El Salvador es una isla minúscula y risible que se llama isla conejo. La ubicación de la isla define limites territoriales marinos en el Golfo y, en cierta forma, los canales de acceso al Golfo. Estamos, otra vez, frente a la repetición de la historia centroamericana, frente a una oportunidad evidente que se puede aprovechar.

Lo que es indiscutible es que estamos en un momento nuevo para la vieja oportunidad centroamericana. O sea, cuando se forman los estados centroamericanos en la visión de los fundadores: somos un gran estado. Tenemos una ubicación estratégica excepcional para un canal. En la primera Asamblea Constituyente que se forma en Centroamérica se habla y se debate sobre la oportunidad de un canal. El puerto de La Unión se créo en 1824 por decreto emitido por la primera Asamblea Centromericana. El nombre completo era puerto de la Unión Centromericana.

Es otro momento para la oportunidad histórica. ¿Es ésto competitivo con el canal de Panamá? No. Hay lugar para los dos. Y allá hay tal saturación, que los barcos de carga ocupan el tercer lugar de prioridad, después de los de pasajeros y los petroleros.

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