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Boletín de prensa

Llamado urgente a los gobiernos de Europa:
¿Apoyan a Argentina o a los especuladores criminales?

Entre Argentina y dos de los más infames fondos especulativos, NML Capital y Aurelius Capital Management, se está llevando a cabo una batalla a muerte, y el resultado determinará si la humanidad se hunde en el desastre y probablemente se aniquile en una guerra mundial termonuclear, o si hacemos lo debido a tiempo y ponemos en el orden del día un nuevo orden económico mundial justo.

¿Qué sucede?

De un lado están los megaespeculadores sin escrúpulos, cuya codicia es insaciable y que forman parte del grupo imperialista dominado por los angloamericanos que pretenden establecer un imperio mundial. Parte de esto es el espionaje permanente a los ciudadanos mediante las agencias de seguridad, la NSA estadounidense y el GCHQ británico, así como la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), la cual daría todo el poder a las multinacionales y a los bancos ``demasiado grandes para quebrar'', a expensas del derecho de los gobiernos soberanos a protege el bienestar general de sus ciudadanos. También incluye la expansión de la OTAN y de la Unión Europea (UE) hacia el este, la estrategia para cercar a Rusia y a China, y el grave peligro de una tercera guerra mundial termonuclear que podría aniquilar a la especie humana.

Uno de los fondos especulativos, NML Capital Fund, exige el pago de $832 millones de dólares por los bonos que compró en incumplimiento al precio chatarra de $48.7 millones hace solo seis años, es decir, pide una ganancia de !1,608%! Eso llevaría a Argentina a la bancarrota, y muy bien podría disparar una crisis sistémica del sistema financiero global.

Del otro lado está Argentina, que ha subrayado y demostrado que quiere pagar sus deudas, pero de tal modo que la economía argentina mantenga el crecimiento necesario para poder hacerlo. Por cierto, este fue el argumento del finado presidente del Deutsche Bank, Hermann Abs, en la Conferencia sobre la Deuda en Londres en 1953, sobre la cuestión de la reestructuración de la deuda alemana. Argentina ha dejado en claro en una campaña internacional de remitidos en la prensa que está pagando y seguirá pagando, pero bajo condiciones que no maten a su población ni a su economía.

La sentencia asesina de la Corte Suprema de Estados Unidos en apoyo de los fondos especulativos ha disparado una ola de solidaridad con Argentina sin precedentes: La Organización de Estados Americanos (OEA), con la excepción de Estados Unidos; el G77, con sus 133 Estados miembros; el Mercosur (Mercado Común del Sur); Unasur (Unión de Naciones Suramericanas); China, Rusia, Francia e incluso más de 100 parlamentarios británicos. Es decir, la mayoría de la humanidad, defiende los derechos de Argentina contra los usureros.

La cuestión decisiva aquí es: ¿sigue siendo válido el derecho internacional, tal como ha evolucionado desde la Paz de Westfalia en 1648, y como se expresa en la Carta de la ONU, o no? ¿Puede y debe un gobierno soberano defender el bienestar general de sus ciudadanos, o los especuladores criminales tienen el derecho de utilizar todos los medios, como lo representó Shakespeare tan gráficamente en ``El mercader de Venecia'', para exigir la ``libra de carne'' del deudor, incluso si eso significa la muerte de la persona?

Ahora mismo hay un proceso vertiginoso en marcha entre los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) e Iberoamérica, en el cual estos Estados están construyendo un nuevo orden económico mundial justo, basado en desarrollar y fortalecer la economía real, el progreso científico y tecnológico, y una visión de futuro. Esa es la idea de un Puente Terrestre Mundial que unirá a los pueblos y a las naciones. El programa por el cual han trabajado por años el Movimiento Solidaridad de los Derechos Civiles (BüSo) en Alemania, así como sus organizaciones fraternas en todo Europa (Movisol en Italia; Solidaridad y Progreso en Francia; EAP en Suecia; el Instituto Schiller en Dinamarca; el Movimiento LaRouche España, etc.) es el programa que está ahora en el orden del día. Esa es una perspectiva para el futuro, y proporciona el marco para acabar con las guerras como medio para resolver los conflictos.

Lo único que puede ofrecer el campo transatlántico es el sacrificio del bien común, de la felicidad y de la vida de su gente, en aras de un mounstro Frankenstein, ``la estabilidad de los mercados'', al cual se le debe sacrificar todo, pero que se encuentra ya en bancarrota sin remedio. Este sistema hace exactamente lo que dice el Papa Francisco: mata. También se le podría llamar satánico.

En la lucha entre Argentina y los fondos especulativos no hay posición intermedia. ¿De qué lado están los gobiernos europeos? !Queremos una respuesta! !Queremos declaraciones oficiales! !Y ya!

Firman:

Helga Zepp-LaRouche