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Este siglo actual:

La Perspectiva de la Economía Secreta

por Lyndon H. LaRouche, Jr.

4 de junio de 2010

Traducido del escrito original en inglés, This Present Century: The Secret Economy’s Outlook, de Lyndon H. LaRouche, Jr., en la revista Executive Intelligence Review, Volúmen 37, Número 27, del 16 de julio de 2010.

Lyndon H. LaRouche, Jr.
El autor, Lyndon H. LaRouche, Jr., economista y estadista.

Lo que había denominado "La economía secreta" tiene cuatro elementos decisivos:

a) Una redefinición revolucionaria, requerida de manera urgente, de una serie de principios económicos universales de infraestructura que se puede ordenar implícitamente de manera dinámica;

b) Una definición fresca del espacio-tiempo físico universal, replanteando la intención de la tabla periódica de Mendeleyev en términos de un sistema universal de radiación cósmica;

c) Una nueva definición científica de la cualidad noética de la función físico-económica de "infraestructura económica básica" congruente con el concepto enriquecido de la característica ontológica del espacio-tiempo físico; y

d) Una redefinición necesaria del término "economía" por un principio físico universal pertinente, mediante una reforma que identifica la identidad personal humana en términos del potencial creativo de la mente específicamente humana, en vez de considerarla de manera elemental con una noción identificada en términos de la mera percepción sensorial.

Ahora, una vez consideradas cada una de estas cuatro categorías, el siguiente paso sería una serie de publicaciones que introducen al lector a lo que se tiene que llegar a adoptar como principios subyacentes de una ciencia de la economía física. Lo que se presentará de esta manera representará el resultado político programático requerido para rescatar al planeta de la actual amenaza inmediata de una "era de tinieblas" planetaria que ahora desciende rápidamente sobre nuestro planeta en su totalidad.

El resultado de esta serie de informes llegará a ser, en efecto, una nueva manera de concebir a la especie humana misma, una nueva manera práctica de ver el recién definido papel debido del hombre en el universo, y de definirlo de manera práctica, el significado del verdadero futuro de la vida humana, en tanto que nuestra especie se extiende para incluir la ocupación de otras partes de nuestro sistema solar y llega al ámbito mayor de esta galaxia y más allá.

Federico Nietzsche, quien sufrió una muerte no solo horrible, sino también repugnante, había dicho: "¡Dios ha muerto!" Los nietzscheanos hoy no añaden nada sobre este asunto que Aristóteles no había dicho antes al negar la existencia permenente tanto de la creatividad de Dios como de la humana en el universo. El Presidente Barack Obama y sus cómplices caminan en la sombra no solo del pobre Paolo Sarpi, sino también la del difunto Nietzsche; la tolerancia del tipo de mal liderato de Obama es emblemática de lo que realmente está mal con la economía del mundo, cuando se considera en su totalidad, ahora mismo.

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INTRODUCCIÓN

Hasta ahora, probablemente la mejor conjetura pertinente disponible, sobre el tema de economía, es que el concepto de "universo" se tiene que considerar como si nuestro universo hubiera sido generado por los poderes creativos que se han puesto a disposición de la humanidad. Esto se debe leer como algo que hace eco en el contexto de las prácticas pasadas de navegación transoceánica de modalidades estelares, relativamente frecuentes, en algún tiempo pasado como la más reciente de las grandes eras glaciales del planeta de las que actualmente se tenga conocimiento, o una era tal vez anterior. Tales hallazgos en base a la evidencia conocida son coherentes con lo que las antiguas culturas marítimas dizque "griega", egipcia y pitagórica, sabían respecto a los temas de "la esférica", de dinámica, y del conocimiento general de pitagóricos tales como Arquitas. Tal, por ejemplo, es el conocimiento en posesión de Platón, como lo ejemplifica su célebre ilustración de este punto en su diálogo Parménides.

Hay que reconocer el mismo énfasis atinente a un principio de coherencia universal dentro de la actual esfera más amplia de las culturas europeas modernas en general, como se expresa en acontecimientos tales que fijaron la pauta en los descubrimientos modernos que emprendieron tales como Filippo Brunelleschi y Nicolás de Cusa, o la obra de tales seguidores de Platón y Cusa como Leonardo da Vinci, y el Johaness Kepler que aportó su descubrimiento singularmente original de un principio de gravitación física universal.

Tal es el método que ha conducido a lo que mis colegas del "sótano" han llegado a identificar como las implicaciones de la noción moderna de principio de la "radiación cósmica" por la que la existencia del hombre interactúa, cada vez con más conocimiento, con las fuerzas cósmicas del universo, no solo en una escala galáctica más amplia, sino aún más allá.

Sin embargo, por encima de todo eso, nuestro concepto más profundo del miembro individual de la humanidad misma nos debe impeler ahora, ya, a un proceso de una sucesión de cambios radicales en nuestra comprensión de la verdadera naturaleza y destino de nuestra especie humana y la economía de la que depende, tanto dentro del universo como, por ende, dentro de nosotros.

Para la ocasión del presente informe, definiré la expresión más aplicable de la noción de Godofredo Leibniz de lo que se habría de desarrollar más como un análisis situs riemanniano, como lo he aplicado yo para definir los principios elementales de una ciencia de economía física, como concepto acorde con la noción de dinámica de Leibniz de finales de los 1690, su tratamiento del principio físico de acción mínima. En el caso inmediato a la mano, lo hago desde el punto de vista específico de esa parte especialmente pertinente de la obra de Niels Abel y Lejeune Dirichlet que tiene que ver con un tratamiento específicamente riemanniano del tópico del análisis situs para este caso.

Ciertamente, desde el planteamiento original de Leibniz sobre este tema, han habido numerosos usos del término "análisis situs", la mayoría de ellos mutuamente contradictorios. En vez de llevar al lector de este presente informe a través de un pantano de definiciones más que contradictorias de ese término por parte de diversas variedades de especialistas, me enfocaré en una definición tácita que es congruente con la intención de Leibniz y con las contribuciones al principio de Bernhard Riemann por parte de tales personajes del siglo 19 como Abel y Dirichlet. Mi referencia principal a este respecto, es a la pertinencia extremadamente profunda de la noción de acción mínima de Leibniz para el caso de una ciencia de economía física. Empleo una noción física de la acción mínima (en vez de matemática), una noción que es congruente, en su expresión primigenia, con la forma elemental del principio físico de la función catenaria (y también, con el concepto de dinámica de Leibniz).

Hago la referencia cruzada de eso a la introducción de la noción de Albert Einstein de un universo finito, pero no limitado, como lo definió Einstein como implícito en las Armonías de Johannes Kepler. El caso de la forma elemental de la catenaria es decisivo para nosotros en tanto que ilustra ese concepto.

Esto es para agregar lo siguiente.

Para ilustrar el caso, elige dos puntos selectos, relacionados en el espacio-tiempo físico-económico, y sigue la función pertinente expresada por este proceso, como entre esos puntos que limitan implícitamente la relación eficientemente física entre esos puntos (i.e., análisis situs). Es decir, en la relación entre los participantes con coherencia entre sí en el espacio aparentemente finito de la función física que se realiza entre esos puntos.

Es decir, considera la catenaria como definida, como se había definido en tanto principio físico del diseño de Filippo Brunelleschi de la construcción de la cúpula de la catedral de Florencia, y también la capilla Pazzi. Ajusta esta imagen para el efecto de una tasa de cambio en los parámetros del proceso en su conjunto. Eso significa, por supuesto, que todos los aspectos pertinentes del proceso, definidos por los límites de esta ilustración, tienen una función común, en el análisis situs, que es parte integral de ese efecto indicado.

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I. LA CUESTIÓN ONTOLÓGICA DE LA ECONOMÍA

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Lyndon H. LaRouche, Jr.
Creative Commons/Gryffindor

La Capilla Pazzi, en Florencia, Italia, diseñada por Filippo Brunelleschi (1377-1446).

Probablemente, debiéramos considerar la primera observación que se ha de ofrecer para un proceso físico-económico, con ilustraciones del tipo que conjugan los elementos aparentes de lo que parece ser un conjunto del tipo que Platón trató en su ridiculización genial del reduccionista Parménides. Las soluciones a los problemas de ese tipo, son emblemáticas de un proceso que ha de considerarse, desde arriba, hacia abajo de ese conjunto como ontológica y característicamente dinámico, en el sentido de la creación singular de Leibniz de un uso moderno legítimo del término. Lo que se debería tomar como el modelo para definir un proceso dinámico de cambio, en el análisis situs modelado de una típica economía (física) real, es uno que solo llega a ser objeto de análisis competente cuando se aborda desde esa perspectiva en cuanto al método de composición.

Una ilustración de esa noción, apta para el aula de clases, la encontramos al considerar el intervalo durante el que la economía de la Colonia de la Bahía de Massachusetts operó en los términos del diseño de un sistema de crédito para el rol del chelín Pinetree, en lugar de un sistema monetario, como se practicó esa oposición al monetarismo antes de que la monarquía británica aplastara la carta estatutaria de la colonia.

Por ejemplo:

La infraestructura económica básica, la agricultura y las manufacturas constituyen los componentes en realidad pertinentes de una economía[1], cada uno de los cuales se ve debidamente subsumido por el papel de las funciones noéticas afines de la composición artística clásica y de la ciencia física.

En cambio, si en lugar del punto de vista de un virtual "Platón" moderno, un "Parménides" moderno considerase cada uno de estos tres componentes primarios, los describiría de forma tonta. Si se tratan así por separado, cada uno de estos elementos no sería apto para combinarse de acuerdo a un solo principio común de acción. Contrario al "Parménides" moderno, cualquier economía moderna realmente exitosa es una que se puede mostrar que exprese de forma eficiente un solo principio que subsuma y unifique esas tres categorías de aspectos constituyentes. Tal es la implicación principal de la definición singularmente original de Leibniz de la dinámica moderna.


Federico Nietzsche (1844-1900), el padre conceptual de la “destrucción creativa”
 
Wener Sombart (1863-1941) acuñó el término que después adoptó Schumpeter.
 
Joseph Schumpeter (1883-1950) autor de “El proceso de destrucción creativa”, 1942.

World Economic Forum/swiss-image.ch/E.T. Studhalter

Larry Summers, el máximo asesor económico del Presidente Obama, escribió a principios de la presente década que “es muy probable que la economía del futuro sea ‘schumpeteriana’.”

 

Creative Commons/Allan Warren

La destrucción de la ya convulsa economía británica a manos de lord Harold Wilson, como primer ministro (1974-76), es un caso clásico de la aplicación de la doctrina de Schumpeter.

Joseph Schumpeter describía su noción nietzscheana de la “destrucción creativa” en estos términos: “La apertura de nuevos mercados y el desarrollo organizacional de los talleres y factorías a empresas tales como US Steel ilustra el proceso de la mutación industrial que revoluciona de modo incesante la estructura económica desde adentro, destruyendo de modo incesante la vieja, creando de modo incesante una nueva… [El proceso] se debe ver en su rol en el vendaval perene de destrucción creativa…”

"El síndrome de Schumpeter de la posguerra"

Por ejemplo: considera el hecho físico de que desde la fecha de la muerte del presidente Franklin Roosevelt, la economía estadounidense nunca ha logrado un crecimiento neto físico-económico en verdad funcional, per cápita y por kilómetro cuadrado, a la fecha. Considera la manera en que se empleó la noción francamente nietzscheana de la "destrucción creativa" de Joseph Schumpeter bajo el presidente Harry Truman para reducir lo que había llegado a ser la capacidad productiva empleada de lo que fue la economía física estadounidense del tiempo de la guerra. Esto se hizo bajo la capitulación del régimen de Truman a la promoción, contraria a Franklin Roosevelt, de la restauración en la posguerra del imperialismo británico y afines. El resultado de esa política de Truman, fue el agotamiento de lo que debió haber devenido en el potencial productivo del mundo de la posguerra, lo cual se efectuó en cuanto Churchill incorporó a Truman a lo que se convertiría en la doctrina de Bertrand Russell de 1946 de la "guerra nuclear preventiva" que Russell proponía se lanzara en contra de la Unión Soviética, una guerra que Russell pretendía que establecería un sistema de gobierno mundial como el que hoy pretende el imperio británico.

Como destaca la doctrina nietzscheana del precursor de Schumpeter, Werner Sombart, la guerra desgastadora y prolongada es el vínculo principal de Schumpeter a Nietzsche en este respecto.

La pauta de destrucción de la economía mundial que continuó después de la "Segunda Guerra Mundial", ha dependido en gran parte tanto de la llamada "guerra fría" que se lanzó bajo la consigna de "la cortina de hierro" de Winston Churchill, como de la guerra prolongada característica de todo el período desde entonces. Así, el resultado de agobiar a la economía después de 1945 con guerras inútiles de forma prolongada —y efectos relacionados de actividades organizadas, inactividades y gastos— se ha fomentado con la ayuda de tales doctrinas económicas locas como la noción de Schumpeter de la "destrucción creativa" y cosas parecidas. Las violaciones hiperinflacionarias al principio "Glass-Steagall", tipo "rescate financiero" de Wall Street, son solo emblemáticas de tal locura pública, y a veces también púbica.

El caso del primer ministro británico Harold Wilson, se encuentra entre los ejemplos notables de la política británica de "destrucción creativa". Wilson lanzó su campaña a tal efecto con las oportunidades creadas por el asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy en 1963, para lanzar la destructiva guerra de EU en Indochina, de 1964-1974. El papel principal que jugó Wilson en "la destrucción creativa" de la economía británica ya endeble, es un "caso clásico" clínico de la aplicación de la doctrina fanática de Schumpeter.

Como en todos los períodos extendidos de crisis genuina, como en el intervalo recurrente de 1963-1975, desde la ola de intentos de asesinato al presidente Charles de Gaulle de Francia, y el asesinato del presidente John F. Kennedy, hasta el fin de la guerra oficial de EU en Indochina. Incluye el caso del asesinato del doctor David Kelly de Gran Bretaña, como parte de la eliminación de la oposición al pretexto fraudulento del primer ministro Tony Blair para imponer los efectos enormemente ruinosos en EU de una guerra desgastadora prolongada y larga, en Irak del sudeste asiático.

En la historia real, lo que dirige el curso de la historia no son nunca los acontecimientos, sino más bien la intención implícitamente inherente de esas políticas que generan y le dan forma a los grandes acontecimientos.

La ciencia de la sociedad

Existe una función definible, congruente con la noción original de dinámica de Leibniz, que gobierna el resultado positivo de una amplia variedad de gastos necesarios en varias expresiones de la administración pública, la infraestructura económica básica, las manufacturas y la agricultura, bajo la condición de que opere un acento cada vez mayor en el uso intenstivo de capital, en el progreso impulsado por la ciencia y el arte clásico. La función que "reconoce" tal arreglo de manera eficiente, es una expresión de una práctica antipositivista riemanniana de análisis situs, a la manera en que Leibniz definió las únicas atribuciones competentes de tales términos como análisis situs y dinámica.

Como ya lo habían demostrado Leibniz y Jean Bernouillie, durante su estrecha colaboración, al definir una noción de la acción mínima universal como un principio de la economía física, el principio de que la catenaria como tal es meramente una forma de expresión elemental de un orden superior de una función de acción mínima física. No obstante, ese concepto del principio de la catenaria como un recurso pedagógico, también sigue siendo el germen de la pedagogía necesaria para guiar a los estudiantes y otros hacia las consecuencias más avanzadas de esa noción, la noción original de Leibniz de un principio literalmente dinámico de acción mínima, en el sentido de la antigua noción clásica de dinámica, o la introducción por parte de Leibniz del concepto físico conocido como dinámica.

No es concebible, en base a cualquier evidencia pertinente de la que he sido informado, que los principios subyacentes del antiguo método científico pertinente —de la forma basada en principios realmente— se pudieran haber descubierto salvo mediante el desarrollo de un concepto funcional de astronomía, derivado de no menos de muchos siglos de práctica de métodos estelares de navegación transoceánica, por parte de culturas marítimas que funcionaban de manera continua, del tipo que coinciden con los prolongados intervalos de una "era glacial". Lo que se llama "el gran ciclo platónico", que Bal Gangadhar Tilak atribuyó, en su Orión, a una cultura linguística veda (anterior al sánscrito) centroasiática, que vivía en Asia Central hace más de 6.000 años. Ese ciclo es el más breve (de unos 25.000 años) de los tres ciclos principales de un ciclo solar compuesto de largo alcance. Se conoce, de otra manera, como el ciclo platónico, en tanto conocimiento atribuido a Platón durante su propia vida.

Del mismo modo, una discusión competente de la catenaria y sus implicaciones seminales, sigue siendo una fase indispensable en la introducción de los estudiantes a los conceptos más avanzados y más correctos de los principios de práctica elementales requeridos de la economía física.

Esto tiene coherencia con las nociones de la ciencia de la esférica —de origen en Egipto y relacionado— asociada a tales como los pitagóricos, y por tanto al gran Arquito y su colaborador Platón.

Ve ese aspecto de una ciencia de economía física de la siguiente manera:

Cómo funciona una economía

La práctica de una economía típica experimenta la simultaneidad histórica de dos tendencias sociales opuestas. Por un lado, las naciones relativamente más exitosas y sus economías tienden a consumir los activos relativamente más ricos que aseguran al momento el ritmo de aumento relativamente mayor de la productividad física per cápita y por kilómetro cuadrado, en el caso específico en que una economía exitosa produce aumentos en el ritmo de productividad, per cápita y por kilómetro cuadrado, para lograr lo que debería ser el efecto pretendido de un aumento físico neto para esa sociedad, per cápita y por kilómetro cuadrado.

Esos aumentos netos, si ocurren realmente de hecho, incurren dos costos crecientes principales de un movimiento neto ascendente. El primero de esos costos es un factor de agotamiento que usualmente forma parte de las etapas más tempranas del sistema; el segundo factor de costo es el aumento del gasto de consumo per cápita que se tiene que reconocer como el precio de un aumento en el margen necesario de aumento en las tasas absolutas de productividad per cápita y por kilómetro cuadrado. El margen de aumento neto, si es que ocurre, excede dichos aumentos nominales en elementos de costos, desarrollo que se genera como beneficio neto de los aumentos antientrópicos en la productividad humana.[2]

El factor más típico de mejora de la productividad, tanto per cápita como por kilómetro cuadrado de territorio, es un aumento de lo que ha sido, para las ramas relativamente más exitosas de las culturas manifiestas, un aumento relativo en la densidad de flujo energético específica —usualmente impulsado por la ciencia— que esa parte de la humanidad (es decir, la sociedad) emplea como la base para la práctica de su tecnología.

Hay dos fuentes principales de progreso ejemplares a considerar. Una lo ejemplifica la dependencia de la humanidad de los beneficios naturales esenciales del papel aumentado del "carbón", como por ejemplo en la forma de acción, basada en principios, de la clorofila (y también la sustitución del papel del ión de magnesio en la clorofila por una alternativa, tal como el cobre), en transformar desiertos relativos (u océanos) en beneficios tales como los bosques florecientes. La otra la ejemplifica el ingenio creativo humano. El aumento neto del efecto combinado, como cuando el hombre interviene para promover el crecimiento del papel del carbón, la clorofila y la voluntad humana y cosas parecidas, es potencialmente mayor que aumentos en cualquiera de cada uno de los tres que se podría considerar actuando de manera independiente de los otros de tipo similar.[3]

Lyndon H. LaRouche, Jr.
JUWI Group

El empleo de paneles solares a gran escala es moralmente y de cualquier modo demente; en vez de eso, ¡se deben emplear las herramientas de la clorofila y el potencial de las mejoras en el riego a las zonas desérticas! Arriba: un complejo solar en Waldpolenz, Alemania; abajo: riego de un cultivo de lechugas cerca de Phoenix, Arizona, EU.

USDA/Tim McCabe
 

Estos casos últimos, incluyendo el de la clorofila, son ejemplos del papel antientrópico que es característico de los procesos vivientes, como lo expresa el proceso de surgimiento evolutivo de formas superiores de vida animal. Los poderes creativos singularmente específicos de la humanidad, entre todas las especies vivientes que se conocen en el universo en la actualidad, son singularmente volitivos; ésa es la distinción entre las expresiones de principios antientrópicos de desarrollo por medio del acto volitivo de la creatividad humana, y la cualidad de antientropía cualitativamente inferior que no solo es específico de todas las otras formas de vida, sino que se expresa también como lo típico entre procesos de cualidades no vivientes de manera más general.[4]

Esta separación entre las características específicas de los espacios-fase no viviente, viviente y humano, respectivamente, dentro del universo, es de forma tal que define estos espacios como funcionalmente interactivos. Estos elementos químicos vivientes y no vivientes, no solo son interactivas, sino que, como lo ha demostrado, cada vez más, el desarrollo de la ciencia de la química física, a partir de la obra de tales como Pasteur y Mendeleyev, la interacción entre los espacios-fase respectivos es a menudo positiva, y hasta indispensable.

En la práctica de la economía, la humanidad descubre y frecuentemente emplea los poderes de antientropía inherentes a los procesos vivientes y no vivientes por igual, y usa esos descubrimientos de manera más o menos volitiva, como en esa parte históricamente muy grande de los aumentos que la voluntad del hombre fomenta como parte esencial de los aumentos productivos netos en la productividad neta humana.

Por lo tanto, es correcto considerar el uso de paneles solares en gran escala como locura en lo moral y demás, cuando más bien se deberían usar las herramientas combinadas de la clorofila y el potencial de la irrigación mejorada. Irriguemos las regiones relativamente desérticas para la promoción del desarrollo de ambientes locales para el uso de la clorofila para enfriar climas sobrecalentados, para transformar áreas desérticas calientes en un verdor refrescado, y también suministremos la base infraestructural para el mantenimiento y el aumento de la productividad humana en general.

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II. LA HISTORIA COMO MÉTODO CIENTÍFICO

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En la sección final de una publicación anterior, La economía secreta[5], presenté lo que había sido una relación poco conocida, aunque real, entre la conciencia como meramente una expresión de la percepción sensorial, y una conciencia de orden superior, una conciencia que por lo común, se ha formado rara vez en la mente humana del individuo hasta el presente, pero que no obstante, se mantiene como la base esencial para fomentar la creatividad realmente deliberada dentro, o entre los individuos.

Mi objetivo aquí, en ese respecto, es impulsar un aumento en el reconomcimiento y en el poder de empleo de ese orden superior de poderes creativos de la mente humana, para dar marcha atrás a lo que, de hecho, ha sido el nivel decadente en la atención pertinente a tales materias, en el transcurso del descenso pronunciado en el conocimiento de lo que había sido la cultura clásica, en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. Aquí, ahora, pretendo traer a la existencia ese punto de vista superior de la conciencia humana que, mayormente, se había perdido durante lo que ahora se acerca a la magnitud de las cuatro últimas generaciones de la sociedad transatlántica, en particular.

De este modo, lo que pongo de relieve aquí, es un poder de la mente humana que, quizás tendemos a ver, hasta ahora, como algo generalmente limitado a las personas de los más grandes científicos y poetas, y mayormente, en las que han sido las épocas y culturas pasadas relativamente excepcionales conocidas de lugares y épocas relativamente más afortunadas de la historia pasada.

Es conveniente, en el proceso de discutir este aspecto de la ciencia por lo que tiene que ver con cuestiones de la ciencia física de la economía, que debamos emplear la noción de una distinción cualitativa entre, primero, las funciones del "cerebro", y segundo, las funciones dinámicas leibnizianas, relativamente superiores, de lo que se puede identificar propiamente como "mente humana", o, en otras palabras, el alma humana.[6]

Aunque el reconocimiento de las implicaciones plenas de esa distinción categórica es rara entre las generaciones recientes, hasta el día presente, los efectos, cuales sombras, de una expresión meramente "preconsciente" de las funciones de la "mente", se han de ubicar en la forma observable de las expresiones de las oleadas ocasionales de creatividad potencial, que se expresan como un "chispazo de discernimiento" entre los miembros de las poblaciones en que se fomenta el hábito de la práctica del progreso.

La cualidad de una emoción de "amor", expresada como humanismo, como en el caso del apóstol Pablo en su I Corintios 13, en vez de la pasión sexual, refleja esa cualidad de "preconsciencia" que reside en el mismo dominio ontológico de esos mismos impulsos humanos específicos del amor a la humanidad. Esta distinción excluye el amor a una cosa y la atribución del aspecto "de cosa" a una persona o personas. Como quedará cada vez más claro este punto al proceder aquí, es una cuestión de la relación inmortal de una mente-como-tal con otra mente-como-tal, no con un mero objeto de percepción sensorial.

La distinción hacia la cual acabo de apuntar aquí, se hará más clara en el transcurso de este capítulo presente, en cuanto lleguemos a compartir mi visión del significado superior de la noción de "mente".

He pensado necesario plantear la cuestión en esta forma ahora, a fin de que pueda transmitir mejor la distinción emocional decisiva entre la experiencia de la percepción sensorial y la categoría superior, realmente humana, de la experiencia asociada con la noción correcta de mente.

En La economía secreta, había subrayado el aspecto de falsedad en toda interpretación ciegamente literal de la percepción sensorial como tal. No había nada de fantástico en mi señalamiento de esa distinción; es el concepto que subyace al descubrimiento del principio esencial de la ciencia moderna competente, como en la De docta ignorantia de Nicolás de Cusa, y de tales sucesores de Cusa como Leonardo da Vinci, Johannes Kepler, Godofredo Leibniz, el erudito Abraham Kästner y la disertación de habilitación seminal de Bernhard Riemann de 1854. Era también la cualidad expresada a menudo por Albert Einstein, como en el caso del singular discernimiento de Einstein sobre el principio del descubrimiento singularmente original del principio universal de la gravitación de Johannes Kepler.

Dicho esto sobre esa área de investigación señalada, ahora me enfoco, como lo había hecho en mi La economía secreta, en ese aspecto crucial del descubrimiento de la gravitación de Kepler al cual Einstein se refirió en su propio comentario decisivo sobre el descubrimiento de Kepler.

En La economía secreta, mi razonamiento sobre este tema específico de la mente humana había procedido de la siguinete manera.

Las que por costumbre se designan como las diferentes cualidades entre las percepciones sensoriales, todas le fallan al creyente, en cada caso tomado por sí mismo.

El caso de Helen Keller ilustra la naturaleza de la cuestión planteada. Es en la mente, donde la humanidad puede encontrar medios eficientes de acceso a la conceptualización del universo real que habitamos; pero, no está confinado dentro de esas funciones de percepción que se trazan meramente a la relación del cerebro con las meras percepciones sensoriales. Los descubrimientos principales de un gran seguidor del cardenal Nicolás de Cusa, Johannes Kepler, son de importancia crucial para nuestra referencia a ese tema aquí.

La deficiencia de la percepción sensorial como tal, la ejemplifican los modernos seguidores liberales de Paolo Sarpi, como ese seguidor de la escuela liberal, Pierre-Simón Laplace. Laplace, con el disparate de su visión de liberal reduccionista del sistema solar, nunca pudo comprender el descubrimiento singularmente original de Kepler de un principio físico cognoscible de gravitación universal. Ni tampoco, de hecho, deseaba nadie de esa escuela liberal hacer realmente ese re-descubrimiento, aún cuando toda la evidencia concluyente ha estado a su disposición en detalle desde la publicación de la obra de Kepler.

De este modo, la única forma verdadera y original del descubrimiento del principio de gravitación real, ha sido el de Kepler, como en el relato detallado de ese descubrimiento que presenta en su Armonías.[7] La apreciación de Albert Einstein del logro singular de Kepler es decisivo para el discernimiento de la materia que nos ocupa en este capítulo de mi informe.

Pregúntate: ¿Por qué un astrónomo supuestamente eminente, Laplace, que tenía a la mano la suficiente obra pertinente de Kepler, deja de presentar una relación competente de la función de la gravitación universal? La explicación formal la necedad de Laplace es elemental: él nunca consideró esa demostración crucial del descubrimiento de Kepler, que se ha de encontrar en las exposiciones publicadas de Kepler sobre la materia. Lo saco a relucir aquí porque la necedad de Laplace va de modo muy claro a la raíz del tipo de fraudes introducidos en contra no sólo de Leibniz y Kepler, sino de muchos otros que vienen al caso, por parte de los seguidores de René Descartes, Leonhard Euler, Pierre-Simón Laplace, Agustín Cauchy, y demás, en el siglo 18 y principios del 19.

¿Por qué se desgració Laplace a sí mismo de esta manera? En esencia, su error de entonces tuvo eco en lo que dijo después el británico J. C. Maxwell, cuando le peguntaron por qué nunca parecía conocer ninguno de los descubrimientos reales decisivos sobre los que se había basado en le trabajo de tales predecesores esenciales como Gauss, Weber y Riemann. Maxwell sí respondió en una como defensa implícita de Laplace después: Nosotros (liberales británicos) nunca consideramos ningún trabajo científico que no sean [los que estén de acuerdo con] los nuestros.[8]

Este tipo de comportamiento no debería sorprender a cualquiera que esté familiarizado con las cuestiones pertinentes de la ciencia. El mismo tratamiento fraudulento de las cuestiones de principio físico, lamentablemente es emblemático de esos virtuales sacerdotes babilonios de entre las agencias de "revisión por expertos" de las que se depende mayormente, hoy todavía, para propósitos tales como el control de la educación en las escuelas y universidades hoy en día. Yo he experimentado en repetidas ocasiones la opinión de esos profesores prominentes de ciencia física, de ambos lados del Atlántico, quienes simplemente niegan cuestiones cruciales y concluyentes de evidencia científica, con el mismo tipo de fraude que Maxwell admitió de manera tan franca.[9]

Aquí, una vez que haya dicho eso sobre Maxwell y sus semejantes, el significado particular restante del engaño intencional de Laplace en sí, consiste en que cualquiera que acepte ese engaño particular deviene un caso de falta de capacidad autoinfligida para entender las facultades superiores de la mente humana.

De este modo, es esencial destacar que el descubrimiento del principio de gravitación de Kepler, se basa en una demostración experimental decisiva de la evidencia contradictoria aportada por el papel del sentido de la visión per se, y de las implicaciones contrarias de la armonía.

Una vez que hayamos comprendido ese tanto, nos debemos hallar conducidos desde el tema particular del principio de gravitación, muy rápidamente, a la noción más amplia de principio en general, lo cual presento en este capítulo.

Pregúntese a sí mismo: ¿No es verdad que, luego de "repasar" el hecho del descubrimiento realmente original del principio universal de gravitación de Kepler, que toda la gama de las formas naturales y sintéticas de experiencia de percepción sensorial de la humanidad, no pueden ya considerarse como fuente de "certeza sensorial" científica, o artística clásica, con respecto a los principios que gobiernan el universo real en que habitamos?

Eso no es para implicar que no hay elemento de lo que pudiéramos considerar como "razón" en las funciones de la percepción sensorial humana. Más bien, el caso ejemplar del descubrimiento singularmente original del principio de gravitación universal de Kepler, demuestra que, contrario al liberalismo de Paolo Sarpi, debemos considerar la percepción sensorial como tal, como hizo Kepler al descubrir el principio de la gravedad: como presentándonos las sombras que proyecta la realidad. El uso cuidadoso de las facultades de percepción sensorial confronta al trabajador científico competente con esas paradojas, conocidas como conflictos ontológicos decisivos, las meras sombras que proyecta la realidad que no se ve, que nos sirven como las pistas de la ironía que revela la presencia de un probable principio físico universal, del modo en que Kepler descubrió el principio general de gravitación solar.

Una vez que hayamos llegado hasta ahí, el siguiente paso debe ser conceptualizar aquello que ha proyectado tal sombra.

Así, en tanto que sigamos en el error de creer que las sombras proyectadas llamadas percepción sensorial, son la realidad como tal, sustituimos la realidad que ha proyectado las sombras con lo que en verdad son meramente sombras. Pregúntese a sí mismo: ¿Cuál es, entonces, el remedio para este error todavía común, al presente, en el buen juicio humano, hoy todavía?

Luego, pregunta: ¿Por qué, quizás, Abraham Kaestner de Leipzig dedicó su vida adulta a la causa de Godofredo Leibniz y Johann Sebastián Bach? ¿Por qué el mismo Kaestner, un personaje prominente en la ciencia del siglo 18 en Gotinga en su época, jugó también un destacado papel personal en el centro del apoyo de la causa política estadounidense de Benjamín Franklin, como promotor de su propio protegido Gotthold Lessing, y promotor de la colaboración entre Lessing y Moisés Mendelssohn contra los enemigos de la tradición de Leibniz,o; y también jugó un papel decisivo para rescatar al auténtico Shakespeare de la virtual tumba del abandono en que se hallaba en el basurero cultural británico del siglo 18?

La respuesta apropiada a dichas perguntas se puede resumir como sigue.

Yo y Percy Bysshe Shelley

Mi amigo y colaborador ya fallecido, uno de los últimos, relativamente pocos historiadores estadounidenses realmente profesionales que quedaban de la práctica de los cuerpos de profesors universitarios de su época, H. Graham Lowry, Graham dedicó las últimas décadas de su vida, desde 1983 aproximadamente en adelante, a, como me lo describió a mí al hacer la propuesta para la producción de su libro sobre el tema del puente necesariamente existente en el período de 1630-1754. Él ligó la época dorada del siglo 17 de Massachusetts y su renacimiento que surgió durante el siglo 18, para revelar el puente que había sido el medio de transición hacia la victoria de la Revolución Americana.[10]

La naturaleza del descubrimiento de Graham surgió para mi conocimiento desde el día en que él y su esposa vinieron a mi oficina en ese momento en Leesburg, Virginia, para informar que había ubicado con exactitud el papel de Godofredo Leibniz al interior de Inglaterra durante parte del período del reinado de la reina Ana. ¿Dónde había Leibniz casi logrado impedir la degeneración de Inglaterra bajo la entonces programada transformación en una monarquía británica? Lo que Graham ubicó con exactitud fue lo que él me describió como "el eslabón perdido" entre los logros revolucionarios en el arte de gobernar en la colonia de la Bahía de Massachusetts bajo su estatuto original, antes de que Inglaterra aplastara en el siglo 17 el estatuto de Massachusetts, y la reanudación de ese esfuerzo por tales patriotas estadounidenses como el Benjamín Franklin que emergió como un líder del resurgimiento de esa causa que llegó a asociarse al papel de liderazgo que aportó Franklin. La conocida competencia profesional de Graham como historiador, y al oír su resumen de la evidencia descubierta por él en esa ocasión, me dejó sin duda alguna del mérito o de la importancia del proyecto propuesto.

Sin embargo, el asunto va más allá. El proyecto de Graham también me afectó en lo que ha resultado ser de considerable importancia para mí personalmente, y también profesionalmente. Ese relato es sumamente pertinente para mi tema en este capítulo presente; la cosa es como sigue.

Ya en el momento de la referida visita de Graham Lowry a mi oficina, yo ya estaba significativamente conciente de cierta parte de la antigüedad de la existencia de mi propia familia en Norteamérica, algo que yo sabía por mi conocimiento desde la niñez, de una pista bien conocida que apareció en los registros familiares publicados de la familia Lancaster dentro de Norteamérica, eso junto con mi familiaridad con abuelos nacidos durante los 1860s, y mi conocimiento de una ascendencia familiar en Canadá y Escocia desde la época de los abuelos de mis abuelos. La publicación ahora reciente de un estudio académico de mi árbol familiar bajo la dirección de historiadores profesionales británicos pertinentes en tales materias, mostró el hecho adicional del papel de un ancestro en la llegada a Plymouth, como parte de quienes llegaron en el Mayflower.

Para mí, esa historia desde 1620 hasta el día presente, no es una crónica de acontecimientos, sino que es, más bien, una historia leída como reflejos de un proceso coherentemente continuo de desarrollo sobre un intervalo de lo que es actualmente un período de la historia de solo una década menos que tres siglos. Es un proceso de acumulación de cambios a menudo aparentemente caleidoscópicos. Es una experiencia que fluye como la continuidad de un proceso vivo por cuenta propia, en vez de la serie implícitamente cinemática de acciones percusoras que ven los degenerados desafortunadamente crédulos (y, por lo común, también histéricos) cuya letanía es "no hay conspiraciones en la historia".

El punto al destacar ese asunto aquí, es que estos hallazgos de los nexos de mi familia a 1620, confirman hechos de considerable relevancia al tema de este informe. Esto tiene que ver con un hecho que es sumamente pertinente al tema de este informe, el tema identificado por En defensa de la poesía de Percy Bysshe Shelley. Las implicaciones del razonamiento de Shelley son dinámicas de acuerdo a la definición de Leibniz de ese término.

Dicen los expertos en el área, que si domesticamos al cachorro joven de un perro salvaje a una edad apropiada, la progenie de ese perro cuando adulta tenderá a ser civilizada según las normas de los dueños del perro, en especial cuando se le cría como "un perro de familia".[11] Sin embargo, lo que sucede con los seres humanos, y no con otras especies, es del tipo de lo que Shelley identifica en los párrafos finales de su En defensa de la poesía.

Lyndon H. LaRouche, Jr.
Creative Commons/German Federal Archive/Bernd Settnik

El proceso de huelga de masas en Alemania (en la gráfica, manifestantes en Berlín, el 4 de noviembre de 1989) condujo al derrumbe del Estado comunista. Hoy vivimos momentos igualmente tumultuosos, con el potencial para un cambio dramático.

El principio al cual hace referencia la versión de Shelley, es una reflexión del concepto de dinámica que Godofredo Leibniz había desarrollado en la década de 1690. Se trata del mismo fenómeno que yo he identificado, antes en este capítulo, como aquel aspecto de la mente humana asociado a una creatividad innata específicamente humana que reside fuera del reino de esos aspectos de la vida mental humana asociados a la certeza sensorial ordinaria.

Ese mismo principio de dinámica social que es congruente con el de Leibniz, es al que se refiere Rosa Luxemburgo con el fenómeno de "huelga de masas", el mismo fenómeno que viene siendo cada vez más aparente en las pautas de comportamiento de masas de los ciudadanos estadounidenses desde la racha de reuniones de congresistas con sus bases electorales en agosto de 2009. Es asimismo, de modo presago, el mismo fenómeno aciago que se atestiguó en la antigua República Democrática Alemana (oriental) con la consigna "Wir sind Das Volk", en Leipzig y otras partes, que condujo al colapso de ese Estado.

En algunos momentos de la historia pasada, hay brotes más bien repentinos de fenómenos de masas presagos que han echado raíz incluso en experiencias de épocas antiguas. Aquí, tocamos una experiencia de tal cualidad que apunta hacia una noción de inmortalidad, una noción que brota de ideas con raíces profundas, ideas que datan de generaciones muy anteriores, como si los muertos se levantasen de sus tumbas para clamar por la justicia negada por mucho tiempo, aun durante un intervalo de muchas generaciones anteriores. Acontecimientos tales producen momentos durante los cuales los tiranos deben temblar, y los reinos pueden ser derribados por una acechante, contenida expresión repentina de la voluntad popular.

Vivimos precisamente en tiempos aciagos tales como esos, más o menos a nivel mundial, ahora.

Así, luego de que la monarquía británica había anulado el estatuto de la colonia de la Bahía de Massachusetts, durante los papeles sucesivos de Jacobo II y Guillermo de Orange, hubo un momento de la historia en curso en el cual la intervención de Leibniz, presente en Inglaterra en ese momento, plantó las semillas que pronto germinarían en diversos lugares de Norteamérica, preparando el camino para una revolución americana en el siglo 18 que estremecería los cimientos de las civilizaciones del mundo. Lo que había resultado ser, desafortunadamente, un momento abortado bajo el reinado de la reina Ana, activado por la intervención de Leibniz entonces, como lo ha mostrado Graham Lowry, habría de irrumpir como una Revolución Americana que transformó al mundo transatlántico, y que dio nacimiento al momento histórico decisivo del victorioso Estados Unidos en Yorktown.

Casi un siglo después de 1776, el espectro de la huelga de masas regresó con gran fuerza, bajo la conducción del Presidente Abraham Lincoln, y regresaría otra vez, con un efecto comparable de renovación bajo el Presidente Franklin Roosevelt. Ahora se moviliza, preparándose para golpear, otra vez, ahora.

Los momentos presentes están más que maduros para una afirmación similar de la sucesión de la llegada a Plymouth y la colonia de la Bahía de Massachusetts. Que todos los tiranos tiemblen como corresponde. La "huelga de masas" de Rosa Luxemburgo está en marcha de tal manera, ahora. La "dinámica" de Leibniz muestra así su lozanía, ahora.

Entonces, cuando examino ciertos estados mentales manifiestos, en especial esas reflexiones que tienen que ver con los principios que se expresan en la forma de una semejanza de espíritu a la gran poesía clásica, o a descubrimientos genuinamente creativos de la práctica de la ciencia física, como en Nueva Inglaterra bajo el estatuto de la Bahía de Massachesetts, puedo reconocer a menudo el origen de algo dentro de mí que no tiene otra génesis que algo que es un eco de alguna parte en medio de hasta siglos pasados de la historia de nuestra sociedad. Puedo ver también una experiencia similar encarnada en otros. De esa manera, podemos participar de esa presciencia de la inmortalidad dentro de nuestra propia conciencia, la misma presciencia que marca al verdadero historiador americano.

Tales son las intimaciones de la inmortalidad que se expresan en los ominosos párrafos finales de En defensa de la poesía de Shelley.

Ése es un fenómeno semejante a la célebre paradoja, y de hecho, decisiva, planteada por el científico Louis-Víctor de Broglie, en lo que atañe a la obra de Max Planck y los asociados intelectuales cercanos de Planck antes. Lo explico de la manera siguiente.

¿Sustancia o sombra?

Una vez que confesamos la realidad del hecho de que lo que pudimos haber experimentado en algunos momentos en curso, como si fuera una mera percepción sensorial, puede, en realidad, también ser la expresión de una sombra proyectada por una realidad más antigua, en lugar de ser un acontecimiento que ahora refleja la influencia más poderosa de la sombra inquietante del pasado.[12] En tal caso, nos vemos forzados "a ver" al universo en una forma cualitativamente diferente como de lo ve el partidario terco de las escuelas de simple certeza sensorial. Es ejemplar la paradoja planteada por el descubrimiento singularmente original de Kepler del principio de gravitación universal.

El primer paso que debe darse, una vez que ganemos ese tanto del territorio de la experiencia al que estamos entrando, es examinarnos a nosotros mismos y a nuestra experiencia, desde la perspectiva del carácter jerárquicamente superior de esos cambios en un principio histórico manifiesto que les da una nueva cualidad de existencia a la mera crónica de acontecimientos. Tal es la perspectiva que uno debe aceptar al considerar la embestida de la crisis general de desintegración económica planetaria actualmente en progreso durante estas semanas en curso, hacia una fase más crítica, una fase que se puede comparar significativamente a la de Alemania Weimar durante el verano y principios de otoño de 1923.

Una vez que aceptemos esa cualidad de evidencia, tal como esa implícitamente comparable a lo presentado por las fases concluyentes del descubrimiento exitoso de Johannes Kepler del principio físico de gravitación, debemos vernos en una manera especial.

Haz lo siguiente.

Imagínate a tí mismo visto a modo de un objeto (por ejemplo, una sombra) de una persona ocupadad con su experiencia de mera percepción sensorial como tal. Así, cuando piensas que percibes que eres lo que en verdad es una sombra tal, un mero objeto de percepción sensorial, así también estás actuando bajo los motivos que le atribuyes a esa mera sombra, por lo menos en la medida en que te ubicas dentro del mismo dominio que tus percepciones supersticiosas argumentan que es la realidad experimentada en verdad.

¡Mantén esa imagen de tu engaño a ti mismo en mente!

Deja que el verdadero tú, ése al que no puedes ver directamente en un acto de la percepción sensorial como tal, ahora vea tú sombra, la que ahora proyectas. ¿Dónde, entonces, ubicas al "verdadero tú" que corresponda, de este modo, al verdadero y no visto universo ontológicamente sustancial? —un universo que se expresa a sí mismo por medios tales como mediante el verdadero principio de gravitación como lo proyectó Kepler.

La pregunta obvia planteada por esa paradoja, es: "¿Puedes descubrir los medios con cuya ayuda puedas, en verdad, 'ver' al 'verdadero tú' en esa configuración?" No; no puedes. "¿Sabes que el 'verdadero tú' no visto, quien está 'viendo' lo que en verdad es sólo la sombra tuya, realmente existe?" Si, puedes saber eso. "¿Cómo, entonces?" Por el método de experimentos decisivos usado para el descubrimiento de principios universales. Mira sobre el hombro de Albert Einstein, mientras Einstein describe el universo que él reconoce en el descubrimiento de Kepler, como "finito, pero ilimitado". Es el universo real, el que ningún empirista, ningún mero estadístico, jamás podría conocer.

Arte y ciencia

Compara esto con un reto comparable del dominio de la composición musical clásica. Toma, como muestra, dos composiciones especialmente relacionadas de W. A. Mozart: primero, su "Ave verum corpus", el cual fue un trabajo relativamente tardío en su tiempo de vida, una composición que se debe comparar con su importante canción previa, "Abendempfindung". El primer caso, el trabajo posterior de Mozart, expresa el tema de la encarnación de Jesucristo, y la composición anterior expresa un principio general que él relacionó a la experiencia de aceptar la realidad de la muerte de su propio padre. Las similitudes intencionales de la forma en que Mozart concluye ambas composiciones, es propia e intencionalmente sorprendente. El punto a considerar es la cuestión de la intención para la existencia de las dos composiciones respectivas. ¿De verdad satisface esa intención la interpretación de la composición? ¿O, es la interpretación algo bonito, pero que no capta lo sobrecogedor de la idea expresada en la intención afín de ambas composiciones?

En una comparación de esas dos composiciones, Mozart mismo provee de los medios, dentro del diseño de la composición, para que los cantantes cumplan musicalmente la intención de Mozart. ¿Se someterán los cantantes a cumplir la misión prescrita asignada por el compositor, o se confinará el tema de esa intención a las meras palabras habladas, como si fueran el comentario de un crítico presentado como una descripción debatible de la composición, en lugar de la realidad de la pasión plasmada en el intento de lograr una verdadera interpretación de la intención del compositor (por ejemplo, Mozart)?

La forma clásica de canción que se expresa en el uso de los grandes compositores, nos provee con la oportunidad más adecuada para reconocer lo que el legado de Johann Sebastián Bach le permite hacer al compositor perspicaz seguidor de Bach, y esperemos, también, a los intérpretes.

Ese logro depende de una cualidad dramática de un principio implícitamente metafórico de ironía clásica. Si se logra ese objetivo, la interpretación musical eleva la experiencia del intérprete y del público a la del dominio de la sustancia, en lugar de las meras sombras representadas por la mera fe ordinaria en la percepción sensorial.

"¿Quién es Hécuba para él, que le hace llorar?"

Al respecto, he enfatizado a menudo la importancia del violín de Albert Einstein en cuanto a sus poderes como un descubridor científico.

Recientemente, mis colegas y yo hemos sido privilegiados en extender ese tipo de ejemplo, con mucha ayuda de colegas pertinentes, al caso de la historia familiar del matrimonio de Lejeune Dirichlet con la nieta de Moisés Mendelssohn, y de ahí, al núcleo de la riqueza de las ironías representada por el gran cuerpo de genio científico y artístico-musical, representada por esta asociación de los gigantes de la poesía, el teatro, la música y la ciencia del siglo XIX, hasta los últimos años del fin de ese siglo, y de Clara Schumann y Johannes Brahms, también.[13]

No hay nada de mera coincidencia en tal afinidad manifiesta entre la gran ciencia y el gran arte clásico como lo representan aquellos círculos del siglo XIX. Los poderes creativos del científico se ubican, esencialmente, dentro del dominio de las realizaciones creativas de la imaginación, como en el dominio elegido por Abraham Kaestner, quien expresó la herencia moderna y en común de Godofredo Leibniz y Johann Sebastián Bach, aquel dominio de la imaginación artística clásica en la que se generan descubrimientos científicos clásicos para el enriquecimiento de una existencia económica mundana.

Esta función de la gran composición clásica musical se complementa por ese mismo principio de ironía que es específico a la prosodia clásica. De hecho, las mejores exposiciones del progreso científico clásico los provee un uso apropiadamente generoso de un modo del uso del lenguaje que se ordene de acuerdo a la prosodia clásica. La falta de tal expresión refinada deja al trabajador científico, de otra manera competente, aparentemente tartamudo en el esfuerzo para presentar incluso lo que fue un acto de descubrimiento competentemente diseñado.

Estas consideraciones que acabo de enfatizar, no son meramente arte; representan la antesala de una cualidad de ciencia de la ironía, de la verdadera metáfora, una perspectiva que se requiere urgentemente para los retos actuales de una economía mundial actual, en buena medida enmarañada.

El Método en la Historia

Lyndon H. LaRouche, Jr.
Creative Commons/Olaf Tausch

La Gran Pirámide de Giza, cerca de El Cairo. “En la historia del antiguo Egipto”, escribe LaRouche, “la idea asociada a la erección de la Gran Pirámide, descolla como un síntoma de una cualidad de existencia cardinal en el tiempo…”

El nombre de "historia", tiene dos referencias contrastantes. Una es la historia expresada en un orden cronológico de acontecimientos; la otra, se expresa como la historia interna, cualitativamente superior, del flujo y reflujo de esas ideas cardinales que generan los cambios en los estados físicos, cuyos resultados se manifiestan en la forma de la consecuencia efectiva de aquello que se experimenta como historia cronológica enumerable meramente.

Por ejemplo, en la historia del antiguo Egipto, la idea asociada con la erección de la Gran Pirámide, sobresale como síntoma de una cualidad cardinal de existencia en el tiempo, del mismo modo en que sobresale el impacto del papel del gran intelectual de la ciencia egipcia, el platónico Eratóstenes de Cirene. De manera similar, considera la diferencia cualitativa de la Constitución de Estados Unidos y los efectos de ese aspecto de la historia, del curso de los acontecimientos ordinarios en la historia mundial en curso por otra parte.

De esate modo, en de la historia de Estados Unidos, hay dos historias cardinales opuestas, una que es la influencia de la Compañía de Indias Orientales británica en Estados Unidos, que es la historia de una rama de la historia imperial británica, y relacionada a ésta, pero opuesta, la corriente de nuestros patriotas estadounidenses, que es, en esencia, una historia antibritánica. Esta contraste se muestra más claramente en la historia, desde 1763, de los alrededores de la región de Nueva Inglaterra desde Newboryport a Boston. La historia de Salem, Massachusetts, a finales del siglo 17, con sus conocidas "cacerías de brujas", también tiene un timbre peculiar de la venidera Compañía de Indias Orientales británica.

No son los acontecimientos los que dominan a la historia como proceso; son las influencias de ideas cardinales las que forjan los acontecimientos.

Toma el caso de la situación actual en Estados Unidos. El Congreso estadounidense de hoy, en especial el Senado, y en especial gran parte de su actual mayoría demócrata, a veces parecen ser virtualmente un nido de ratas políticas con disparates casi traidores. Sin embargo; la "limpia"dentro de lo de la Cámara de Representantes que ya está en marcha con la próxima elección de noviembre, afecta la totalidad de la composición actual de ese organismo, a diferencia del caso de aproximadamente solo un tercio de los elegidos para el senado.[14] Mientras tanto, cerca del 80% de los aptos para votar en Estados Unidos, según una encuesta reciente, están en favor de una restauración inmediata del estatuto de Glass-Steagall, que fue instalado bajo el presidente Franklin Roosevelt en 1933, pero derogado, en 1999, bajo una enorme presión ejercida en la forma de un fraude brutal llevado a cabo bajo la dirección local del "Wall Street" del imperio británico y las influencias prácticamente de agentes de influencia dentro de Estados Unidos. Esa derogación representa una operación subversiva británica desplegada, principalmente desde Londres, y también, la herencia de la rama estadounidense de la Compañía de las Indias Orientales británica personificada, todavía hoy, en los intereses financieros de Wall Street, cuyos esfuerzos se han encaminado a hacer de un desventurado Estados Unidos, prácticamente una propiedad cautiva del imperio británico.

O, ya que estamos en ese tema en particular, considera la noción de un valor esencialmente simbólico de una moneda, o nociones parecidas de dinero, como algo distinto de los procesos que se expresan en la producción y consumo de verdadera riqueza.

Ahora, la formación de una "huelga de masas", cuyo efecto se expresa en el 80% de la población adulta que se opone a la mayoría liderada por el Partido Demócrata en el Senado de los Estados Unidos sobre el tema de Glass-Steagall, ejemplifica el tipo de fenómeno social en marcha, que manifiesta el papel más importante de la historia de las ideas.

Más importante es la distinción entre un simple sondeo de la opinión de los individuo y el carácter más serio de un sondeo de formaciones sociales, formaciones que se han de definir en términos de un cuerpo de esas personas que se definen a sí mismas por su asociación común con ideas fundamentales, activamente sistémica. Desde ésta perspectiva, no es el mero número relativo de personas, como individuos, lo que moldea la historia, sino mas bien, la cualidad especial de la incidencia relativa de algunos, individuos excepcionales y a menudo escasos, que ejemplifican un cuerpo de personas motivadas por el tegumento social virtual, de "expresiones combativas" implícitamente revolucionario, de nociones de principio, en contraste con una colección de lo que son simplemente votantes individuales.

Este concepto que acabo de describir, hasta ahí, si bien en forma preliminar, relativamente superficial, se puede entender mejor desde una perspectiva más rigurosa, de la forma siguiente.

¿Símbolo o Sustancia?

Considera, de nueva manera, todo lo que he escrito hasta aquí. Procedamos ahora, como he indicado esta intención anteriormente en este capítulo, para ir más allá de la identificación de principios en términos de sus efectos aparentes descriptibles, para reconsiderar la cuestión de considerar esos mismos efectos aparentes, ante todo como expresiones aparentemente autosubsistentes de una realidad invisible, pero eficiente en la práctica. Es una cuestión de ubicar al objeto real que corresponde a la sombra que se nos representa a nosotros, habitualmente, como una percepción sensorial.

El asunto, como he escrito de forma algo extensa durante el precedente, es esa de la distinción real de la sombra (percepción sensorial) y la sustancia real que existe más allá de la percepción sensorial, una sustancia que la humanidad puede conocer mejor en términos de la prueba experimental de la existencia de esos principios eficientes que gobiernan en el universo, pero que son principios que no se conocen directamente a través de la percepción sensorial como tal.

Esto es en mucho lo mismo que la distinción entre los principios universales verdaderos, que expresan directamente lo que gobierna a nuestro universo, y lo que son, en verdad, las meras sombras del dominio de la mera percepción sensorial local.

Lyndon H. LaRouche, Jr.
Creative Commons/Gnsin

Podemos diseñar robots, como el ASIMO de Honda, para que realicen algunas tareas humanoides, incluso quizás algunas de resolución de problemas, hasta cierto punto. Pero ese “punto” llega cuando el robot exige desesperadamente: “¿Principios? ¡Denme el principio que gobierna esta situación!”

¡Piensa! ¿Cómo debemos proceder para diseñar un robot que simularía algunas de las funciones generales que realizan los seres humanos, orientadas hacia tareas para la resolución de problemas? Suponte que seamos exitosos en esa misión, hasta cierto punto. Ese "punto" se ha de identificar como el estado de cosas crítico cuando el robot nos manda lo que es el mensaje repetido cada vez más desesperado, que se puede traudcir, en principio, como la exigencia, tal vez desesperada de: "¿principio? ¡¿principio?! ... ¡Dame el principio que rige esta situación!"

Este caso hipotético (aunque realmente no tan hipotético), es un ejemplo de lo que se percibe en un cambio antientrópico desde el repertorio preexistente del conjunto cerrado de principios universales conocidos previamente, que se expresa en una variedad siempre creciente de esfuerzos requeridos para dominar la experiencia permanente de explorar nuestro universo. ¿Dónde, entonces, en esas circunstancias, hemos de ubicar la identidad más íntima del científico y el artista creativo clásico por igual?

Yo sugiero, como primer paso, que se tome el tiempo para un estudio a consciencia basado en el recordatorio de la edición de 1947 de Los siete tipos de ambigüedades de William Empson. Puede que Empson no dé una respuesta a las preguntas más decisivas que se plantean implícitamente en cualquier esfuerzo serio por aplicar su razonamiento inspirador como se desarrolló, hasta esa fecha, planteado implícitamente ahí y entonces; pero, como yo he insistido, repetidamente, a todos los que escucharen, en el transcurso de las décadas subsecuentes desde 1947, si sacamos la figura de Empson de nuestro escenario por un momento, para poner a la persona actuando como la figura de un robot útil, ésta figura, el robot, hace un trabajo excelente planteando algunas de las preguntas más importantes y provocadoras que él deja para que las respondan científicos calificados, o un pensador de cualidad similar, hoy todavía. ¿Quién, entonces, brinda las respuestas para las preguntas presentadas por el frustrado robot del caso que acabo de presentar?

El procedimiento que les propongo ahora, es como sigue.

Ya les he presentado, la noción implícita de la imagen de un hombre o una mujer considerados ordinariamente como si fueran un robot, o como una cualidad simulada de forma humanoide de vida real, en todo menos en un aspecto crucialmente distintivo. Este aspecto distintivo se manifiesta como creatividad verdaderamente científica o similar, como en el arte clásico, una figura tal como la que se expresa en el descubrimiento del principio físico de la catenaria de Filippo Brunelleschi. La simple existencia de tal creatividad como esa, es un aspecto que rechazan todos los seguidores de la ideología específicamente liberal de Paolo Sarpi y su apóstol Galileo. Me refiero a seguidores tales como René Descartes, a tales como los autores del fraude de Isaac Newton, y la filosofía social de Francois Quesnay, Adam Smith, y Jeremías Bentham.[15] La perspectiva de Paolo Sarpi, Galileo, y sus seguidores como Descartes, el abad Antonio S. Conti, John Locke y Adam Smith, niega la existencia cognoscible de cualquier principio universal, sustituyéndolo con una forma estadística de lectura cruda del pragmatismo que se puede reconocer como liberalismo filosófico. A pesar de las meras diferencias secundarias entre los argumentos apriorísticos de los fisiócratas, y el plagiarismo crudo que hace Adam Smith de pedazos enteros de Quesnay y Turgot, el punto de vista de todos ellos era esencialmente congruente con los aspectos de principio de la doctrina del liberalismo de Paolo Sarpi.[16]

Tales "robots universales" virtuales como esas personas, claramente nos son los verdaderos seres humanos que hacen descubrimientos importantes de principios físicos. Ya que sabemos que tenemos el tipo de poderes creativos de la mente capaces de generar los descubrimientos de principios, los cuales ningún robot virtual podría aportar, debemos, como los tres reyes de Goethe, como lo representó el compositor romántico Hugo Wolf, hacer pininos hasta el siguiente establo, para encontrar a la persona que pueda responder a la pregunta del confundido robot.

Por tanto, al ser humanos por naturaleza, y no robots, nos debemos considerar como si estuviéramos fuera de la imagen de la humanidad que proporciona la percepción sensorial como tal. Ya que somos capaces de colocar nuestro verdadero ser fuera de la mera figura sensorial que nos equivocamos en creer que somos; debemos ver la confusión virtual del robot como algo inherente en ser un mero objeto ("objetivamente") de nuestra propia intención.

Nosotros, los verdaderos "nosotros", que estamos capacitados para encarnar el poder de la creatividad, nos somos simples objetos, sino singularidades. Estamos convencidos últimamente que en realidad residimos, como singularidades, en un dominio de radiación cósmica habitado por singularidades.

¿Qué significa esto?

Una vez que cualquiera de entre nosotros haya reconocido la naturaleza de la creatividad humana, como lo hicieron Archytas y su amigo Platón, o Nicolás de Cusa, o Godofredo Leibniz, o Federico Schiller, o Bernhard Riemann, o cualquiera que llegue a andar por la misma senda de la razón humana, sabe lo que un ser humano puede y debe llegar a ser. El hecho de que el simple matemático nos debe considerar como "simplemente humanos", no nos quita ninguna parte de esos poderes creativos que nosotros podemos o podríamos reconocer en nosotros mismos. La diferencia entre quienes son conscientemente creativos en el grado que he señalado aquí, y el típico reduccionista, que a menudo se encuentra entre los académicos profesionales, es que estamos inclinados a pensar como lo hicieron tales como Godofredo Leibniz y Riemann, quienes ejemplificaron el carácter de la mente de grandes descubridores tales como ellos mismos.

Esto, ahora nos lleva al punto crucial que debe plantearse en este capítulo.

El ser secreto

El resultado inmediato del razonamiento que he desarrollado hasta aquí en este capítulo, es que el descubrimiento de la verdadera naturaleza humana propia de uno, requiere que se considere el sentido de la identidad humana de uno en dos aspectos. Un aspecto es este de la experiencia de la percepción sensorial. El otro es la visión de la experiencia de la percepción sensorial como una mera sombra de la realidad.

Esta corrección se muestra de forma más simple y eficiente mediante las reflexiones sobre el descubrimiento singularmente original de Johannes Kepler de un principio universal de gravitación experimentado en el caso de no menos de tres o más órbitas planetarias de nuestro sistema solar. Este fue el descubrimiento que requirió la consideración de la yuxtaposición irónica de las facultades de la vista y el oído, la primera como se asocia con los usos del telescopio, la otra con el principio de la armonía musical. Ningún sentido solo podría determinar la verdad; solo una yuxtaposición de los modos de la percepción sensorial contrastados de forma decisiva, nos podría conducir a la demostración de la relatividad de la existencia de una coyuntura única de la lectura mental de dos sentidos contradictorios, una coyuntura cuya cualidad única reveló la existencia del principio universal pertinente.

Este caso apunta a una consideración más general. La mente humana no reside dentro de una mera facultad del aparato de percepción sensorial humano. Nuestros sentidos gozan del estatus de ser "meramente" la instrumentación esencial requerida para facilitar los verdaderos poderes de la mente humana, como diferentes de la función sensorial misma.

Se debe señalar que, la diferencia entre el ser humano y las especies animales, no descansa en este hecho escueto solo. Hay solo una distinción de la mente humana que define la condición única de la mente humana entre todas las demás especies vivientes conocidas: el poder manifiesto del principio localizado, de modo único, en la imaginación creativa humana.

De acuerdo al dogma del liberalismo sarpiano, ejemplificado por el liberalismo británico, esta facultad no existe en el universo del poder de la experiencia cognoscible del hombre.

No obstante, en tanto que la existencia humana depende del descubrimiento y el empleo de principios físicos universales que son generados a una forma de existencia por los poderes creativos específicos de la mente humana típica, la transmisión de la experiencia de un verdadero descubrimiento de principio, de una persona que vivió, a una persona que revive ese cambio en la realidad percibida que se experimenta, es el más prominente de los factores que distinguen a la especie humana de todas las demás conocidas. Tales acciones y otras importantes comparables constituyen la distinción de la mente humana, y de la humanidad.

La cuestión decisiva que se ha de subrayar en ese respecto, es que el descubrimiento de un principio físico, por ejemplo, constituye una transmisión físicamente eficiente de potencia de una generación hacia la siguiente. Esto se ejemplifica por el incremento de poder, per cápita, y por kilómetro cuadrado de cualquier descubrimiento de principio físico universal. Esto es la clave para definir el principio de inmortalidad personal inherente a la noción de la creatividad individual. El potencial para tal acción, del individuo, constituye la distinción fundamental entre el hombre y la bestialidad.

La implicación práctica de lo que se presenta en este capítulo, hasta este momento, es que no debemos permitir que se le niegue al individuo humano el acceso al tipo de conocimiento que he delineado en este capítulo. Porque, el hecho es que la identidad humana no reside en la realidad de la percepción sensorial como tal, sino en la cualidad inmortal de la acción que se manifiesta en el descubrimiento y transmisión de verdaderos principios atinentes a la persistencia y progreso de la cualidad y potencia de la especie humana y su trabajo.

Lo importante que se ha de subrayar aquí, es que debemos efectuar la toma de consciencia, del individuo consciente, sobre la distinción de la cualidad de la naturaleza y el poder relativo de las ideas creativas, de los productos de lo que es simplemente la experiencia de la percepción sensorial como tal. De este modo, debemos distanciar la noción de un verdadero yo, de esos mecanismos que son meramente los instrumentos de coordinación de la acción pertinente del individuo, en tanto soberano, a lo que descansa "fuera" del dominio de la percepción sensorial como tal.

En otras palabras, el defecto típico del individuo en la sociedad, en general, hoy, es que la cualidad de la idea del "yo" debe estar limitada a este lado de la percepción sensorial, eso que se opone a lo que está "fuera" de los procesos de la percepción sensorial como tal. Es dentro de esos límites que se ubica la facultad creativa. Por consiguiente, al presente la típica falla intelectual de la sociedad, es el intento erróneo de aducir el proceso creativo a partir de los efectos del proceso de percepción sensorial como tal. Para evitar tales errores crasos causantes de tales efectos, es esencial ubicar la noción de creatividad como la facultad (poder) de una noción de la mente ("yo") apartada, pero en control de los procesos de percepción sensorial, y la noción de "yo".

Ve el yo sensorial de uno como en un espejo, como en el predicamento del "vidrio opaco" del apóstol Pablo. El poder de la creatividad se asigna de este modo a esa función del "alma" y sus concepciones peculiares, que es la ubicación de esos poderes creativos implícitamente inmortales, específicos de la humanidad, en vez de la bestialidad de los meros sentidos.

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III. LA ECONOMÍA DE LA MENTE HUMANA

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Como he destacado en varias publicaciones anteriormente, es necesario que abordemos las tareas de una recuperación de necesidad urgente de las economías estadounidense y otras, reemplazando el uso muy común, pero superficial, del término "infraestructura", mediante la imposición de los términos realmente pertinentes prestados de una ciencia de esos principios noéticos de la mente humana que sustentan la ciencia de la economía física, en lugar de seguir con el lugar común, aunque sistémicamente defectuoso de la noción de una economía meramente monetarista.

He ilustrado mi razonamiento para ese fin con la siguiente lista de las etapas en general del desarrollo económico europeo civilizado: 1) economía marítima; siguiente, 2) canales navegables tierra adentro; siguiente, 3) sistemas ferroviarios transcontinentales; y siguiente, 4) sistemas de "maglev". Un tipo de ordenamiento alterno atinente es la distinción de la calidad de la infraestructura aplicada a la sucesión de pasos de progreso: 1) quema de madera y carbón vegetal, 2) carbón mineral y coque, 3) petróleo, 4) gas natural y combustibles comparables, 5) fisión nuclear, 6) fusión termonuclear, y, 7) más allá de eso, tal como la energía de la "materia/antimateria".

La visión de Krafft Ehricke

El finado Krafft Ehricke (1917-84), un científico del espacio y un apasionado promotor de la exploración espacial, resumió su filosofía sobre la astronáutica en tres leyes (1957):

Primera Ley. Nadie ni nada, bajo las leyes naturales de este universo, le impone ninguna limitación al hombre excepto el hombre mismo. Segunda Ley. No solo la Tierra, sino todo el sistema solar, y todo lo que puede alcanzar del universo bajo las leyes de la naturaleza, constituyen el campo de actividad legítimo del hombre. Tercera Ley. Al expandirse por el universo, el hombre cumple con su destino como elemento de vida, dotado con el poder de la razón y de la sabiduría de la ley moral dentro de sí.

La primera ley constituye el desafío de la astronáutica al hombre para que escriba su declaración de independencia de un pensamiento a priori, de las condiciones aceptadas sin crítica, en otras palabras, de un pasado y un mundo pretecnológico primordialmente diferente que le lastra. Esto se puede hacer. La Declaración de Independencia y la Constitución de este país lo prueban.

-- Del libro de Marsha Freeman, “How We Got to the Moon: The Story of the German Space Pioneers”, publicado por 21st Century Science Associates, 1993, Washington, D.C. Pag. 297.

NASA

Krafft Ehricke con una maqueta de un hospital en órbita.

 

Krafft Ehricke
Ilustración artística de un carguero nuclear para la industrialización de la Luna, elaborado por Krafft Ehricke.

Luego, súbitamente, después tenemos, 8) la perspectiva de la misión de desarrollo Luna-Marte que aparece, junto con el desarrollo necesario de las tecnologías para el viaje humano en el espacio solar cercano. Luego, 9) las tecnologías de las que depende el desarrollo de estaciones habitables en el espacio solar relativamente cercano.

Mientras tales sucesiones en el desarrollo de los sistemas de infraestructura continúen en proceso, la práctica de la industria y la agricultura puede experimentar ritmos más lentos de avances cualitativos en categorías de tecnología que los que ocurren en la serie de desarrollos en la infraestructura que acabo de sugerir. En gran medida, esta diferencia refleja el hecho de que, los avances en calidad e intensidad relativa de densidad de flujo de energía, son de hecho los propulsores del ambiente para la agricultura, la industria y los modos de vida familiar, vecinal, y las cualidades urbanas de organización de la vida comunitaria.

Repasando el arco de consideraciones que acabo de delinear en la apertura de este capítulo, se debe enumerar algunos puntos bajo el encabezado de "lo que debe ser obvio":

Nos acercamos al estado de cosas no muy distante con la advertencia de que para preparar a las personas que partan de la Tierra hacia otros lugares del sistema solar, debemos reconocer la urgencia ya sea de los sistemas de gravedad artificial, o el equivalente funcional, como un prerrequisito esencial. Después, en algún momento del proceso, llega la noción de "planetas" artificiales. Con todo esto en el rango de cosas recién sugeridas hasta ahora, debemos introducir el concepto funcional de la creación distante de "planetas artificiales" como elección de objetivo conveniente usado para transmitir un sentido del proceso de desarrollo. Esta es una elección que se debe adoptar para definir la elección adecuada del significado científico para ciertas metas futuros. Estas son metas que definen la intención debida de lo que podemos asignar como el significado de lo que se debe llamar "función económica de la infraestructura" en los momentos presentes.

Reconsidera el conjunto de casos recién presentados en un conjunto de términos de referencia ligeramente diferentes.

El primer avance importante fuera del campo de acción de los sistemas económico-físicos de forma marítima en la colonización europea, se señaló con la función primordialmente militar de los caminos y acueductos romanos. Sin embargo, el desarrollo de las vías fluviales europeas internas, sistemas de ríos y canales, bajo Carlomagno, fue económicamente decisivo. Después, como he destacado en otras publicaciones, el desarrollo de los sistemas ferroviarios transcontinentales en Estados Unidos constituyó el gran avance que, con su diseminación en Alemania y Rusia después de 1875, constituyó una amenaza fundamental a la supremacía marítima del imperio británico, de tal modo que, desde el momento en que el imperio británico logró sacar al canciller Bismark de Alemania en 1890, en adelante, el imperio británico inició el uso acumulado de guerras internacionales, luego de la alianza anglojaponesa contra China, Corea y Rusia, en el período 1895-1941, y el rompimiento de Japón con la misma Gran Bretaña en 1940-1945.

Al comienzo de los 1920, Gran Bretaña y Japón habían conducido un complot para desarrollar la armada de Japón para el ataque planeado sobre Pearl Harbor que Japón realizó efectivamente en diciembre de 1941, un ataque registrado oficialmente desde entonces por Estados Unidos a diciembre 7 de 1941. El lanzamiento que hizo Churchill de lo que habría de registrarse como la llamada "Guerra Fría" de 1946-1989 contra Rusia, fue una expresión de la política imperial británica continuada del intervalo de 1890-1989. Igualmente, el asesinato del presidente John F. Kennedy, en noviembre 22 de 1963, pronto terminaría con la reticencia de Estados Unidos a ser arrastrado hacia la prolongada guerra en Indochina, la cual, tenía el propósito, principalmente, de manera exitosa, de arruinar la economía estadounidense.

Como lo he puesto de relieve en publicaciones anteriores, la función de la guerra en la historia europea desde las Guerras del Peloponeso, ha sido, como cuando Gran Bretaña orquestó la llamada "Guerra de los Siete Años" de 1756-1763 en Europa, y como la intención británica similar detrás de las guerras napoleónicas dentro de Europa continental, incitar a los rivales de Gran Bretaña a que se destruyan entre ellos mismo en provecho de la mayor gloria del imperio británico. De modo similar, el recorte del sistema ferroviario transcontinental estadounidense, en favor del tránsito de automóviles, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ha constituido un debilitamiento sistémico de la productividad neta de la economía estadounidense, tanto por medios directos como también por los cambios en la organización de la sociedad urbana dentro del territorio estadounidense. Lo mismo fueron las medidas empleadas por el imperio británico en las últimas semanas de 1989, para emprender la destrucción de la economía nacional de una Alemania reunificada.[17]

Por consiguiente, debemos pensar en la infraestructura económica básica en términos del concepto de una dirección de cambio bajo las condiciones de sistemas económicos nacionales en evolución, sistemas de desarrollo organizado abarcante del territorio nacional e internacional, hecho con el efecto tal de que dicho desarrollo de infraestructura defina el parámetro principal de crecimiento económico nacional y de productividad. Será mucho más tarde en la "era espacial", que la política requerida alcanzará en últimas la especulación sobre el uso de "planetas artificiales" por parte del hombre.

Considera esta visión de la economía de la infraestructura desde la perspectiva del hecho que ya habíamos, implícitamente, entrado a la era de la exploración interplanetaria durante los 1950. El desarrollo de sistemas de cohetes desde los 1920 hasta los 1940, había comenzado con la intención de que el hombre llegara a la Luna. Incluso el desarrollo militar de los sistemas de cohetes basados en los precursores alemanes con esta tecnología durante el período del régimen de Hitler, fue de hecho un atajo, con relación a lo que inicialmente se pretendía que fuese un mero subproducto de la perspectiva de un alunizaje tripulado en el período previo al régimen de Hitler.

No es necesario, ni deseable, cargar al presente reporte con algo más respecto al viaje espacial, que los aspectos esenciales del tema asignado a las contribuciones del presente capítulo al tema del desarrollo económico necesario para que la humanidad entre al control del espacio cercano. Es suficiente enfocarse en la misión espacial según la visión del finado Krafft Ehrike en sus ideas sobre la industrialización de la Luna como preparación para la misión de Marte. Sería suficiente decir, que la misma existencia continuada de la humanidad necesita opciones para la contingencia de las amenazas a la vida en la Tierra que pueden ser asuntos de preocupación razonable para varias generaciones por venir. Llegar a Marte será el símbolo que sugiera fuertemente que la humanidad puede tener éxito en la elección de metas mucho más asombrosas.

Sin embargo, debemos especificar nuestro pensamiento sobre tales materias, observando que eventualmente tenemos que llegar a enfocarnos en algunas metas realmente galácticas; debemos estar prestos a pensar que se requerirá casi con certeza un período de algunso cuantos siglos, o más, para alcanzar algunas metas realmetne galácticas. Por tanto, no tenemos una cantidad indefinida de tiempo que perder para transigir con las necedades neronianas del Presidente de EU Barack Obama.

Entre lo que ya está claro para el tiempo de varias generaciones venideras, es que un viaje a Marte que requeriría varios cientos de días de viaje o más, no es una perspectiva aceptable para viajeros humanos. Los instrumentos, como los robots, son ya tecnologías de tipo estándar, pero el transporte seguro de vida humana no se puede comparar con transporte de carga, y hasta que podamos llevar a seres humanos a la superficie de Marte a través de las ventajas de una trayectoria acelerada/desacelerada, hay diversos impedimentos monstruosos para cierto tipo de avance científico necesario para llegar a entender ese planta al nivel necesario para definir y lograr lo que deben ser nuestras intenciones de mediano a largo plazo para el destino extraterrestre de la humanidad dentro del espacio solar cercano.

Así que el transporte acelerado de una tripulación humana y pasajeros a la órbita de Marte, pronto se convierte en un aspecto cardinal de la humanidad en su trato con los riesgos y oportunidades para esos logros en el espacio cercano que llegrán a ser esenciales para quienes nos quedemos acá por nuestras tareas relacionadas. Las trayectorias aceleradas y desaceleradas son esenciales.

Radiación Cósmica

Incluso antes de un posible aterrizaje tripulado en Marte, que puede requerir preparativos durante varias generaciones por venir,[18] tenemos que enfrentar la realidad de que no hay "espacio vacío" allá afuera. Contrario a los que se pudiera considerar equívocadamente como "espacio vacío" entre las órbitas de la Tierra y Marte, la ilusión de la existencia del "espacio vacío", se ha de reconocer como lo que puede considerarse resultado de una "falla de planificación" en el diseño de los órganos sensoriales de la humanidad.

Lo que se denomina "espacio" está lleno de una variedad de masas de radiación cósmica. Así que una de las tareas que se deben enfrentar en el futuro muy cercano, es un cierto grado de reorganización de la llamada "tabla periódica" de la química física, para que refleje las implicaciones de un espacio atascado en pleno de radiación cósmica distribuido en diversos tipos de radiaciones "duras" y "blandas" diversamente, que fluyen desde y hacia blancos potenciales diversos. Mis colegas pertinentes y sus colaboradores, hasta ahora, apenas si han "rascado la superficie" de este complejo.

Lyndon H. LaRouche, Jr.
NASA/JPL-Caltech/N. Flagey & MIPSGAL

Equipo Científico: No hay “espacio vacío” allá afuera. “Lo que se denomina ‘espacio’ está lleno de una masa de variedades de radiación cósmica”. Aquí se muestra la Nebulosa Águila (M16).

Este desafío se ha expresado en el célebre ejemplo de las paradojas de partícula-onda de los famosos experimentos de de Broglie y quienes contribuyeron al asunto de las implicaciones más generales de su descubrimiento.[19] La evidencia del caso nos presenta la vigorosa sugerencia que la lectura de la tabla periódica se debe replantear en términos de estas consideraciones de "funciones de onda" en el dominio de la radiación cósmica, tal como ejemplifica esa perspectiva la partición que hace el académico V. I. Vernadsky del espacio-tiempo físico entre lo abiótico, la biósfera, y la noosfera.

De este modo, el enfoque más atractivo a este tema en su conjunto, debe llamar nuestra atención al trabajo de los colegas del químico físico riemanniano, el académico soviético V. I. Vernadsky y sus colaboradores contemporáneos. Las principales cuestiones de este tema que me han reportado, se refieren al impacto sobre las implicaciones de una química física actualizada para entender esa química física exótica de los procesos vivos que residen en el dominio extendido de la tabla periódica.

Cuestiones ya reportados al respecto, tienden ya a llegar a sugerir que en lugar de solamente continuar el desarrollo de la "tabla periódica", debemos destacar la "tabla periódica de la química de los procesos vivos en el dominio de la radiación cósmica", y ubicar los aspectos relacionados a la creatividad específicamente humana como una categoría a ser considerada en términos afines.

Seré más enfático en lo que sigue.

Vuelve tú atención a la conclusión general del capítulo precedente de este informe: la diferencia entre la noción de la noción defectuosa de la ontología humana que se fundamenta en las deducciones de la percepción sensorial, en oposición a una ontología fundamentada en las implicaciones ejemplares de la evidencia, como se ha de encontrar ésta en la solución única para el concepto de la gravitación universal. El modo en que definimos al hombre y al comportamiento humano experimentalmente, determina el modo como debemos evaluar la evidencia experimental representada por los intentos de interpretación experimental del universo en que vivimos. Trato mi materia del capítulo presente, desde el punto de vista que ya he enfatizado en mi concepto de la materia manifestado en la conclusión del capítulo precedente.

Considerando todo lo dicho, hasta este momento del presente capítulo, regresemos ahora a la comparación del contenido tácito del capítulo precedente, y lo que he escrito hasta ahora en este capítulo. Regreso al tratamiento más extensivo del tema de "el Ser Secreto".

"Como en un espejo, oscuramente"

Viaja al dominio de la imaginación. Confiere al miembro de nuestra especie humana la posibilidad de que, en alguna manera, podemos reconocer que nuestra identidad en tanto personalidad reside en lo que llamamos, pero que por lo común no entendemos correctamente en realidad, como "un dominio espiritual". Así, sabemos que esa identidad misma existe realmente como una entidad eficiente, y que emplea al aparato sensorial como herramienta de lo que reconocemos como nuestra existencia consciente como personas vivientes.

Sin embargo, reflexionando, debemos reconocer que esta cualidad de una entidad soberana, un tipo de "personalidad superior", es nuestro ser verdadero. Deberíamos estar facultados para reconocer este hecho en las artes superiores de la imaginación, como en esa imaginación científica que expresa esa imaginación artística clásica, que William Empson anhelaba identificar como si la viera desde la esquina del ojo de su mente. Es la imaginación de la Oda a una Urna Griega de John Keats, y el párrafo concluyente de En Defensa de la Poesía de Percy Bysshe Shelley.

También es el principio del drama que Shakespeare pone en el escenario, en los casos en que el director y los actores de la interpretación fueren capaces de reconocer el principio involucrado, tan escasamente entendido incluso entre los expertos putativos de hoy en tales materias. Dicho drama, el del antiguo teatro clásico griego, tal como el Prometeo Encadenado de Esquilo, se interpreta en forma adecuada desde detrás de las máscaras, o para un efecto similar, por un director y actores que reconocen que la personalidad en el escenario no tiene una equivalencia con el intérprete que aparece frente al telón después de que el telón se baja al final de esa ocasión. La obra que debe ser interpretada, como detrás de la máscara, en la imaginación del público y los actores y el montaje, debe ser eso que al momento existe solo en la imaginación de la audiencia, en cualquier lugar en el pasado o (posiblemente) en el tiempo y lugar pasado, presente o futuro al que la imaginación del autor y los actores han llevado al público.

La misma inquietud de esa realidad presentada de manera ingeniosa, es también específica de En Defensa de la poesía de Shelley. Esa es la potencia misteriosa, invisible, pero eficiente que mueve a cierta masa de gente incluso contrariamente a su inclinación personal voluntaria, como lo identifica Shelley, o la "huelga de masas", como identificaba Rosa Luxemburgo lo que es en realidad el principio de la historia de Shelley como un fenómeno histórico realmente. El individuo humano no está contenido dentro de su piel; hay influencias radiantes que expresan, o invaden el propósito voluntario del miembro individual de la sociedad, miembros que a veces se reúnen como sujetos de algún mismo principio que los mueve. Ontológicamente, este aspecto de la influencia irradiada de forma diversa, por el individuo o sobre el individuo, es de la misma especie incluida como el acto de descubrimiento de un principio universal válido. Las funciones artísticas clásicas del discernimiento creativo, y el descubrimiento de un principio científico, son un terreno común en asuntos tales como estos. Tales son las fuerzas propias que unen la composición virtuosa de una obra de teatro del drama vivo presentado, como si estuviera en un escenario clásico de Esquilo, Shakespeare, Lessing, o Schiller.

Para proporcionar el replanteamiento necesario y pertinente del razonamiento que acabo de hacer aquí, considera la siguiente ilustración.

Considera un conjunto de actores encarnados en el escenario de lo que pasa entre el inocente como una realidad sensata y sus pasiones relacionadas. En tal modo como ese, compárate a ti mismo, o a ti misma, como el cadáver mortal sensato en el que habitas, con el verdadero ser para quien se compone toda sensibilidad de lo que son meros objetos sobre los cuales el verdadero ser es a vaces capaz de imponer un impulso voluntario.

Considera el caso en que, ese ser verdadero personal, descubre un discernimiento de la significación de los acontecimientos que presenta la percepción sensorial, procediendo como si esos acontecimientos de la percepción sensorial fuesen sombras proyectadas por las realidades pertinentes sobre las percepciones. En ese estado de cosas, el verdadero ser desea gritar una advertencia a su ser encarnado; sea el caso, que de alguna manera, esa advertencia es recibida por el títere, el aspecto de percepción sensorial de él o ella, como un aciago susurro escuchado como una intimación misteriosa de un dominio suprior metafísico.

¿Cómo podríamos explicar esto?

Observa el conjunto de las experiencias sensoriales de la persona individual. El ser real, que no tiene órganos sensoriales en sí mismo, contempla las imágenes que le presentan los sentidos. El ser real ahora juzga el comportamiento de lo que él o ella consideran como las sombras de ese comportamiento sensorial relativamente como de títere atribuido al escenario percibido. El ser real ahora juzga la conducta y las intenciones de la figura en el dominio de las percepciones sensoriales, y como refleja esto el fenómeno de "huelga de masas", tal que la porción afectada de la población se verá conmovida para actuar como corresponde, para producir los efectos percibidos desde dentro del dominio de las experiencias perceptibles sensorialmente.

El fenómeno de masas, tal como el fenómeno de "huelga de masas" identificado por Rosa Luxemburgo, demuestra la eficiencia de lo que Shelley describía en el último párrafo de su En defensa de la Poesía. El discernimiento científico creativo del individuo, o de un grupo pequeño de individuos, tiene la misma cualidad de significación. Tales son las cualidades válidas del discernimiento hacia lo que controla el dominio de las manos y pies cuando tal discernimiento ha intervenido sobre el dominio de los títeres de las certidumbres sensoriales.

En la medida en que el artista o científico clásico mejor desarrollado, tal como Johaness Kepler, esté en paz con el hecho de la distinción de los poderes superiores de su persona interior, surge el poder de la creatividad humana, como en el ejemplo del discernimiento de Albert Einstein sobra la implicación del descubrimiento de Kepler, o la intención de Mozart en su Ave Verum Corpus, en la forma de una autoconsciencia de esta creatividad. Dichas personas, de tal modo maduras, han entrado a un estado mental en el cual han adquirido la capacidad para conocerse a sí mismos como algo mejor que en la semejanza de bestias más o menos civilizadas.

Tales son las características distintivas de la verdadera creatividad humana.

Esta es la cualidad ontológica de la creatividad que el hombre tiene que llevar a la exploración del espacio cercano y más distante. Tales son los poderes del discernimiento a los que se debe permitir que conduzca la cualidad ascendente de desarrollo de la calidad de la existencia humana, ya sea en la tierra, o en el espacio.

La creatividad humana, así concebida, es la cualidad única de la creatividad humana, que a fin de cuentas coloca aparte a la humanidad de los simios y los gusanos por igual.

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IV. LAS DOS Y MÁS "REALIDADES"

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Ahora, hasta aquí, en el presente informe hemos indicado dos realidades. Primero, existe la realidad aparente de las certezas sensoriales. Ésta es la realidad meramente aparente que ha de asumirse como tal, cuando se la considera desde el punto de vista tanto de la percepción sensorial burda (por ejemplo, el materialismo), como también de aquel empirismo de los seguidores de Paolo Sarpi para quienes no existen principios físicos universales verdaderos, sino solo, como lo escribió Adam Smith en su Teoría de los sentimientos morales, incertidumbres sensoriales estadísticas. Segundo, tenemos la otra realidad principal, la de los principios físicos universales experimentalmente validados. La pregunta así planteada para la víctima, tal como la víctima típica de la práctica transatlántica actualmente prevaleciente y ruinosa de finanzas y contabilidad, es, aparentemente: "¿Cuál es verdad?"

La respuesta a esa pregunta es que, ya que los principios físicos universales, identificados de otra manera por lo demás, como leyes físicas universales experimentalmente demostradas, en realidad ejercen control sobre el destino de los asuntos de las percepciones sensoriales ¿no deberíamos sacar las conclusiones obvias a partir de ese hecho?

Pongamos el punto de otra forma. Tomemos el caso particular de la noción de la catenaria, o la noción relacionada del principio de Godofredo Leibniz de acción mínima física universal. O, tomemos el caso general de la geometría física riemanniana, contraria a los tipos euclidianos o relacionados de geometrías nominalistas. Consideremos esta diferencia en términos de los esfuerzos habituales de distinguir lo "físico" de lo actualmente "sentimental". ¿Cuál de entre tales distinciones mutuamente contenciosos resulta victoriosa al final?

O, no será que empleamos la certeza sensorial ordinaria para la lectura de un tipo de perspectiva empíricamente leibniziana de una situación, y la forma superior, la de principios físicos universales descubiertos, para el otro. En tanto no confundamos el uso apropiado para un caso y el uso apropiado del otro, no hay ningún problema, exceptuando la necesidad de distinguir entre afirmaciones que se deben reconocer como basados en los fenómenos de la certeza sensorial, de aquellas basadas en la autoridad crucial experimental subyacente del descubrimiento de principios físicos universales, esto último como en el ejemplo del descubrimiento de la gravitación, por Kepler, en su Armonías, como esto ha sido evaluado por Albert Einstein.

Sucede que cuando nos salimos de los límites de la percepción sensorial habitual, hacia lo que es para nosotros lo extremadamente grande o lo extremadamente pequeño, debemos, como Bernhard Riemann nos advirtió que debíamos hacer, reconocer que hemos salido del rango de las limitaciones dentro de las cuales la certeza sensorial tiene su autoridad condicional.[20] Fuera de los rangos de esas limitaciones, lo aparentemente "espiritualmente físico" debe prevalecer como la realidad que hay que afrontar.

Precisamente en este punto de este informe, deberíamos sentirnos obligados a volver a enfatizar la noción de Leibniz de dinámica, de tal manera como aquello que se debe asociar con referencias tales como el argumento final de Shelley en su En defensa de la poesía. Esto es de particular importancia en este momento de la historia mundial actual, en el que la totalidad de la economía del planeta está suspendida al borde de ser sumergida en una era de tinieblas extremadamente prolongada de las necedades contemporáneas del mundo que actualmente reinan.

Este es también el rango, en lo relativamente muy grande y lo relativamente muy pequeño, en el que deben prevalecer tales distinciones experimentales como lo "vivo" y lo "cognitivo". Con "cognitivo", debemos intentar siempre incluir la cualidad sistémica de "creativo".

Sucede, precisamente, que entre esas consideraciones se debe situar el concepto de "mente" como un principio universal. Es bajo el tema de la "mente" que se subsume el significado tanto de la "certeza sensorial" como de los principios universales. Por tanto, cuando estamos abordando la necesidad de definir el principio físico universal por medio del cual se sitúan los principios reales de la economía, debemos aplicar definiciones estrictas: la creatividad humana, de la cual depende la existencia misma de las nociones sobre economía real, se debe reconocer como el estudio de los efectos de clases de fenómenos pertinentes mutuamente contradictorios, tal como éstos se determinan dentro de ese dominio de aquellos principios físicos universales que se localizan esencialmente en el dominio verdaderamente clásico-artístico de los poderes creativos de la mente humana individual, el dominio de la verdadera creatividad humana, el dominio de la obra de los grandes dramaturgos clásicos tales como Esquilo y Platón, el verdadero dominio de las ironías esenciales del conocer humano.

Así, como en el caso del descubrimiento del principio de gravitación universal de Johannes Kepler, y como definió Albert Einstein el universo de Kepler como existente en un estado actual de ser a la vez finito y sin embargo ilimitado, es a través de tales paradojas que el conocimiento de la verdad se adquiere y se imparte. Lo más verdadero de la verdad conocida siempre se expresa como metáfora, como en la forma de "dos y más 'realidades' ".

El "infinitesimal" de Leibniz

El uso adecuado del término "Historia europea moderna" tiene dos significados distintos, ambos de los cuales son verídicos en cuanto a los hechos, si bien de manera irónica. El significado menor se expresa con el término "renacimiento", como un renacer de la civilización a partir de una prolongada "nueva era de tinieblas" precedente. El significado superior de "renacimiento" para este caso, es el aportado a la civilización europea moderna por Nicolás de Cusa. Su logro a este respecto fue puesto en movimiento real por, principalmente, dos escritos.

El primero fue su definición del fundamento del principio del Estado nacional soberano moderno: Concordancia católica (1433).[21] El segundo fue su definición de la ciencia moderna: De docta Ignorantia (1440). Hubo más que siguieron esos escritos, pero esos dos expresaron esa intención que vino a incluir todos los fundamentos elementales de una noción competente de ciencia física europea moderna; estos dos escritos expresan los fundamentos sobre los cuales vino a depender la totalidad del trabajo subsiguiente de Cusa.

Todos los fundamentos de la ciencia europea moderna competente habían sido, y siguen siendo, principalmente reflejos de las influencias transmitidas desde la facción que representa Platón, tal como ese conocimiento y afines nos han sido transmitidos desde un periodo que abarca hasta aproximadamente la muerte de Eratóstenes, y también hasta los seguidores inmediatos de Cusa. Esto fue transmitido ya que una parte de este conocimiento había sido llevado a la Florencia moderna, principalmente, por gente como Cosme de Médici y Cusa, desde bibliotecas de un remanente griego ya agonizante de Bizancio. La presentación de Cusa de su propio redescubrimiento del antiguo principio cristiano del filioque, en Florencia, eso durante el tiempo de su papel dentro de ese concilio ecuménico, es un ejemplo de la importancia de sus estudios pertinentes.

La verdadera corriente principal del desarrollo de la ciencia europea moderna, tal como esto tomó forma en el contexto del papel del estadismo del estudioso de Florencia, Cosme de Médici, y también la influencia de Filippo Brunelleschi de Florencia, se ha centrado subsecuentemente, hasta el momento actual, desde el impacto de la seminal De docta ignorantia de Cusa, continuando a través de tales colaboradores y seguidores como Luca Pacioli, el heredero intelectual de Luca, Leonardo da Vinci, y la poderosa influencia del papel de Leonardo sobre los círculos en los cuales Johannes Kepler plasmó sus propias contribuciones a un adelanto en la ciencia competente; ése es el Kepler a partir de cuyo trabajo surgieron los rasgos más cruciales del surgimiento de Godofredo Leibniz en el papel del físico matemático principal de su propio tiempo.

Así, fue principalmente el impacto de Cusa, empezando con su obra seminal De docta ignorantia, lo que ha definido las bases renovadas para el papel eficiente del verdadero progreso físico-científico en la economía y cultura europea moderna, y así definió lo que ha llegado a ser el rasgo principal del progreso económico en la sociedad moderna. Para alcanzar una comprensión competente de los motores subyacentes del progreso científico moderno, debemos entender el papel del origen de la contribución crucial de Leibniz a la ciencia física matemática moderna y a las corrientes y períodos de progreso físico-económico de Europa, contribuciones que tienen sus raíces en De docta ignorantia. Aquí reside la importancia crucial del descubrimiento singularmente original del papel del cálculo infinitesimal de Leibniz. Ese papel se debe entender propiamente no meramente como un principio matemático formal, sino, más bien, en su verdadera naturaleza como un principio físico, como Cusa ilustra el punto en De ludo globi.[22] Ése es un principio físico creativo que expresa el llamado "infinitesimal", cuyo descubrimiento, por Leibniz, está enraizado directa y esencialmente en el descubrimiento de Johannes Kepler del principio de gravitación universal, tal como se presenta en las Armonías de Kepler.[23]

Entonces, a partir de la ciencia física moderna movilizada por Leibniz, surgió esa gran joya de la historia moderna, conocida como esa noción europea moderna de la economía del Estado nacional soberano, una noción lanzada desde dentro de la Europa moderna, pero que está mejor expresada por la noción de la forma constitucional estadounidense de una república Estado nacional de la cultura europea moderna.

La ciencia de la economía del Estado nacional

El nacimiento de Estados Unidos como un Estado nacional, que data, propiamente, principalmente, de la obra del siglo 17 bajo el estatuto de la colonia de la Bahía de Massachusetts, es el acontecimiento decisivo en la práctica que es, hasta ahora, la mejor aproximación del papel político que debe expresar el papel de principio del progreso de la ciencia física moderna en el dominio de la economía política.

Tal concepto debe atribuirse principalmente a la inspiración que llevaron a cabo el cardenal Nicolás de Cusa y sus colaboradores cercanos, como lo ejemplifica la propuesta de Cusa de que la civilización no podría lograr sus metas en Europa, sino como consecuencia de buscar oportunidades del otro lado del océano, consecuencia que no se podría lograr bajo las condiciones de decadencia persistente dentro de la propia Europa durante el futuro entonces evidente.

Fue el conocimiento de esta política que había sido pronunciada por un Nicolás de Cusa ya finado para entonces, lo que explícitamente informó e inspiró a Cristóbal Colón, quien, para 1480, ya había adoptado la política de Cusa como la misión de una expedición para cruzar el Atlántico a la región específica de la costa de un continente transatlántico. Fueron los colaboradores de Cusa que aún vivían, quienes informaron a Colón de la ubicación probable del mapamundi de su destino, en lo que resultó ser lo que conocemos ahora como las Américas.[24] Los aspectos desafortunados de los resultados del descubrimiento exitoso de Colón en 1492, entonces y después, yacen tanto en el hecho de que España y Portugal estaban en proceso de supeditarse al control del imperio Habsburgo, como en la influencia que controlaba a la dinastía Habsburgo eran los intereses monetaristas venecianos, similares, como precedente, a los intereses imperiales británicos asociados con la fundación, en 1971, de la creación de lord Jacob Rothschild, los intereses financieros Inter-Alpha que dominan gran parte de Europa y las Américas en la actualidad. Los aspectos aciagos del logro de Colón, fueron producto del hecho de que los intereses Habsburgo, entonces bajo el dominio veneciano, acababan de lanzar esas guerras intestinas, religiosas e internacionales que dominaron el intervalo de 1492-1648.[25]

Así, el predominio de los fracasos prevalecientes de la forma moderna de desarrollo civilizado en las regiones de las Américas hasta 1620, fue una consecuencia del control de los intereses Habsburgo sobre el destino de la región de las Américas bajo el control Habsburgo. Los problemas de desarrollo de la mayoría de las naciones de las partes de la comunidad católica en Europa con sabor a Habsburgo, son un reflejo de este aspecto de 1492-1648 de un control veneciano que perdura, a menudo con vestimenta liberal angloholandesa, hasta el presente.

A lo que voy y que estoy enfatizando mediante las referencias inmediatamente precedentes de este capítulo, es que el período del desarrollo exitoso del asentamiento de la Bahía de Massachusetts, combinado con el resurgimiento de ese legado en el siglo 18, como lo identifica Cómo se ganó la Nación, de Graham Lowry, fue el éxito del establecimiento de la Constitución Federal de EU, en contraste con los fracasos relativos de las culturas norteña y sureña en Europa, lo que se ve cuando sus culturas se han visto expresadas en contextos que eran ajenos al proceso que había llevado a la contrastante formación y logros de EU.

Notablemente, desde 1620 hasta el presente período de crisis, el desarrollo de lo que llegó a ser EU continental, durante el intervalo de 1620 al 14 de septiembre de 1901,[26] fue, predominantemente, la expresión de una cultura europea, tal como se expresa por los acontecimientos dentro de las nacionalidades europeas. La diferencia era el alto grado en que Estados Unidos se era libre del tipo de control oligárquico que persistía como los sistemas políticos y sociales reinantes de Europa. Los inmigrantes europeos en EU pronto adquirieron la cultura política típica de los norteamericanos. El más notable de los rasgos distintivos del cambio de lugar del inmigrante típico transportado de Europa al contexto cultural norteamericano, era el ser libre del boato social residual de las hegemonías oligárquicas europeas.

De manera similar, el Lafayette que fue un héroe exitoso dentro de Norteamérica, perdió algo crucial de esa cualidad de desempeño cuando regresó a su posición, en el contexto de las reliquias oligárquicas aún hegemónicas en Europa, como se evidenció este hecho en el verano de 1789 y en la campaña de 1830. Fenómenos tales como esta diferencia en lo que puede ser justamente identificado como un "efecto de masas", es identificado por los párrafos finales de En defensa de la poesía de Shelley, un efecto que pertenece al dominio que se enfatiza en los párrafos finales de su obra. Nuestra Constitución federal define precisamente esa distinción.

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V. LA LEY: CIENCIA VS COSTUMBRE

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Considerando la economía física en su expresión en esa superficie de cosas donde se encuentra la sombra proyectada por la realidad, una economía física exhibe las siguientes características incluidas.

En la tradición transatlántica, hasta ahora, encontramos varios tipos de cualidades de ley a menudo enmarañadas, expresadas sobre la superficie visible del proceso económico. Puede parecer curioso para algunos que yo proponga aquí que deberíamos reconocer que ese principio superior de ley universal que se debería adoptar por y entre las naciones, yace dentro de esa noción específica de un verdadero principio que gobierna el papel prescrito del hombre y la mujer en el universo, que es la noción expresada en el capítulo inicial del Libro del Génesis.

Tales fueron las distinciones esenciales compartidas bajo la Declaración de Independencia de EU y bajo la Constitución Federal del tiempo de vida que restaba al presidente George Washington y al secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, tal como su compromiso fue emulado, después, bajo las presidencias de James Monroe y John Quincy Adams.[27] Al reportar esos hechos del primer capítulo del Génesis, debo por lo tanto advertir al lector, por razones similares, que la cualidad del primer capítulo del Génesis que declara eso, no se debe confundir con la de ciertos otros capítulos del mismo libro: la evidencia es que ciertos capítulos posteriores fueron claramente elaborado por las acciones sincretistas de criaturas pérfidas tales como los proveedores de la fábula, patrocinada por Babilonia, de "Adán y Eva", quienes metieron grandes trozos de lo que eran tipos horrendos de disparates mesopotámicos y de otros, bien conocidos, insertados en la corrección de los textos revisados de los sabios hebreos cautivos.[28]

De forma similar, mucho de lo que pasa por ser confecciones santurrones en la ley en EU o Europa hoy en día, ha sido infestado, de manera similar, con la miserable doctrina de Adam Smith, especialmente desde la muerte del presidente Franklin Roosevelt, salvo que el legado constitucional de la ley constitucional de EU, por harapienta, mutilada y explotada como ha llegado a estar, no solo es mejor que casi todas las otras culturas políticas nacionales consideradas, notablemente las de Europa, sino que se puede reparar de acuerdo a su intención original bajo un gobierno presidencial adecuado.

Por consiguiente, mucho de lo que nos echan encima como doctrina en EU en la actualidad, no expresa cabalmente, e incluso a menudo viola, las nociones sistémicas de ley que tanto la Declaración de Independencia como la Constitución Federal original de EU expresan. Así, padecemos en la actualidad corrupciones masivas de nuestra ley, corrupciones efectuadas a través de la influencia hereditaria de nuestro adversario principal, original y continuo, el Imperio Británico de lord Shelburne y demás, como se impuso a través de aquellos agentes de la Compañía de las Indias Orientales británica.

Ha existido, por ejemplo, el papel corruptor de gente como el agente británico y traidor de facto a EU, Aaron Burr, el Burr que fundó el Banco de Manhattan que se lanzó explícitamente, a nombre de la Compañía de las Indias Orientales británica, así como por los intereses imperiales de Wall Street de la cancillería británica de Jeremy Bentham. La influencia de Burr se mostró después por la creación del otrora cómplice de Burr, Andrew Jackson, el presidente Jackson que acabó con el Banco Nacional de EU, una acción que tomó Jackson en ese momento, tal como lo harían después los intereses J.P. Morgan, tales como el ejecutivo de Morgan, Alan Greenspan, ya a principios de 1984, en contra de la ley Glass-Steagall, por el mismo propósito traicionero de hundir la economía de EU ahora, como en el "pánico" de 1837 de Martin van Buren, este último un fraude que había sido introducido a través del títere de Wall Street de van Buren, el presidente Andrew Jackson, entonces.

Lo que estoy presentando ahora a ese respecto, en este capítulo, se debe considerar cuidadosamente en lo sucesivo, como el bosquejo de un muy necesario y muy relegado mejoramiento en el concepto estadounidense de ley constitucional a este respecto. Lo que estoy haciendo para tal fin, como lo hago en el presente capítulo, es trazar el génesis de nuestra república a partir de la semilla de la misión de aquellos como los fundadores de la colonia de la Bahía de Massachusetts bajo su estatuto original, y los círculos de Benjamín Franklin y tales de entre sus colaboradores como el secretario del Tesoro, Alexander Hamilton; el secretario de Estado y presidente, John Quincy Adams; y más tarde, Abraham Lincoln; y el presidente Franklin Roosevelt aún más tarde.

El asunto no es un compromiso con la consistencia con el precedente en cuestión, como si fuera el intento original de un contrato; el asunto es definir y defender un principio de gobierno sobre el cual depende la existencia continuada de la civilización, ahora y en el futuro de los siglos por venir. Esto requiere la eliminación de aquellos precedentes que han conducido a EU a los disparates que han dominado principalmente la definición de políticas, a ritmos crecientes, durante la mayoría de las presidencias durante el período desde la muerte del presidente Franklin Roosevelt. Esencialmente debemos liberar la práctica de la nación de los efectos corruptores de las influencias monetaristas europeas, durante la mayor parte del tiempo desde, más notablemente, el retiro de presidentes tales como George Washington, John Quincy Adams, Abraham Lincoln, William McKinley, Franklin Roosevelt, and John F. Kennedy.[29]

Mi contribución principal a la esperanza presente de nuestra nación sobre su propio futuro ahora, se ejemplifica por mi determinación de liberarnos de las garras del monetarismo, haciéndolo al dar un paso más bien grande, pero ahora urgentemente necesario, que es tanto un regreso, como un lanzamiento de las medidas urgentemente necesarias para el progreso en el curso de las generaciones venideras, progreso que no puede realizarse sin ver más allá de aquellos cimiento que son necesarios para nuestro futuro y consistentes con los cimientos a descubrir en los cimientos que Franklin Roosevelt había establecido.

Eso es lo que están haciendo ahora esas pretendidas acciones mías que están diseñadas para liberarnos de la esclavitud a aquellos vestigios económicos de las prácticas venecianas y británicas de usura que han ganado una forma ruinosa de control sobre nosotros, a través de una acción que se había logrado a través de la ayuda del asesinato de aquel presidente John F. Kennedy, que había sido un impedimento a la puesta en práctica de una política de guerra de Indochina, dictada por los británicos. Esta subversión por parte de los adversarios británicos de nuestra república, y adversarios aliados, ha sido una subversión que ha sido ejemplificada por los errores de aquellos presidentes posteriores que resultaron ser cómplices de los esquemas de nuestros adversarios imperiales británicos de facto: presidentes tales como, más enfáticamente, Richard Nixon, Jimmy Carter, los dos George Bush, y, ahora, el presidente títeres de EU, Barack Obama, del imperialismo británico.

La pertinencia de tales preocupaciones está suficientemente bien definida por hechos sobre la superficie común de la historia y la ciencia física.

A pesar del hecho de que tales consideraciones definen mis intenciones planteadas aquí, las que han sido mi intención en esta publicación desde el principio aquí, son intenciones que no se podrían haber presentado en un servicio políticamente efectivo de mi intención, excepto a través del énfasis sobre aquellos tópicos de una ciencia física de la economía que yo he presentado en los capítulos precedentes. La importancia de estos capítulos precedentes, en el sentido que acabo de plantear, es un asunto que va al corazón de la noción de una ciencia de ley natural, una noción de un cuerpo de "ley natural" basado en aquellas distinciones absolutas de la verdadera naturaleza humana, las cuales he señalado en esos capítulos precedentes, y que atañen de manera más directa y más enfática a los poderes creativos que son únicos de la humanidad entre todas las especies vivientes conocidas al presente.[30]

Las repeticiones de una destrucción sistemática de la civilización moderna, desde tales acontecimientos malvados como el pretendido derrocamiento de la intención tanto del Renacimiento europeo moderno, como del Tratado de Westfalia de 1648. En esos intentos recurrentes de derrocar el legado de ese Renacimiento, ahora especialmente desde las consecuencias trascedentales de las muertes de los presidentes de EU Franklin Roosevelt y John F. Kennedy, se pueden rastrear, como asunto de principio, ciertas influencias milenarias enfermas en la civilización europea que corresponden a las advertencias proféticas en la Trilogía de Prometeo de Esquilo, como yo enfatizo ese hecho histórico en el curso del presente capítulo.

Defino lo esencial de la reforma necesaria en el siguiente listado de los principios pertinentes que subyacen un planteamiento competente de los principios físicos de una economía sana.

Ciencia y economía política

Por tanto, replanteemos el argumento para el diseño de una economía sobre nuestra Tierra en la forma de un resumen conciso de aquellos argumentos que hay que recordar como implícitos en los capítulos precedentes de este informe.

Principio 1: El universo físico que habita la humanidad, como los poderes creativos de la mente humana misma, contrario al mito fraudulento de "crecimiento económico cero", se basa esencialmente en un principio negato-entrópico de desarrollo sin límites de los poderes productivos aumentados del trabajo, per cápita y por kilómetro cuadrado de territorio.

Principio 2: En gran medida, cuando la humanidad limita su existencia continua en cualquier nivel fijo, aproximadamente habitual de una cualidad fija de destrezas, es entrópica, y por lo tanto, en lo moral es moralmente condenable. La existencia continua de la existencia humana en cualquier nivel de población viva, depende de un ordenamiento ascendente de cambios específicamente antientrópicos en la cualidad de comportamiento dentro de las sociedades.

Principio 3: La acción antientrópica requerida debe alcanzar el nivel de un incremento neto tanto de la productividad física neta como de la producción per cápita de la sociedad, medido en términos de los requerimientos físicos humanos. El principal correlativo de ese incremento requerido, se expresa típicamente por el aumento neto de la densidad de flujo energético de la acción expresada como "poder", per cápita y por kilómetro cuadrado del volumen del territorio ocupado por la existencia humana. Esto se ejemplifica, para propósitos de ilustración, por el progreso, desde la quema de basura, ascendiendo por el consumo de recursos que se miden como tales,, como carbón vegetal, carbón mineral, coque, "gas natural", petróleo, fisión nuclear controlada, fusión termonuclear controlada y reacciones "materia-antimateria" controladas.

Principio 4: Esto requiere un principio de devoción al aumento continuo tanto del nivel de vida físico y cultural de la población, como el aumento de la longevidad fructífera de la población.

Principio 5: Esto requiere la elevación de la cualidad del trabajo humano, desde una relativamente menor dependencia de la actividad "física-humana", hacia un énfasis relativamente mayor sobre el trabajo "artificial", tal como este desarrollo se expresa cada vez más en las formas de cualidades mejoradas de las modalidades físico-científicas y culturales clásicas de trabajo físicamente productivo, que:

— como este principio de progreso ya se expresa en los efectos de modos progresivos de organización social ejemplificados por la transición a partir de modos de densidad de flujo energético per cápita creciente, y por tanto, también intensidad en el uso de capital de los modos de productividad de las sociedades,

— tal como la transición de formas transoceánicas de transporte de seres humanos y sus productos, a transporte fluvial, a ferrocarriles de alta velocidad, y hacia formas interplanetarias.

El progreso del hombre depende de que la humanidad ejerza fuerzas cada vez más grandes y más extensas que las suyas propias, alcanzando los ámbitos de nuestro Sistema Solar, nuestra galaxia, y el proceso sin fin de expandir y desarrollar antientrópicamente nuestro universo "finito pero ilimitado" en su totalidad.

Principio 6: El producto esencial de la economía en este momento, es el desarrollo de la cualidad del papel humano en darle forma a las partes crecientes de nuestro sistema planetario (y más allá) como creciente y eficientemente el hábitat de la humanidad.

Principio 7: El precio apropiado de los bienes y el ingreso relacionado, per cápita y por kilómetro cuadrado de superficie de territorio, debe ser un reflejo bastante cercano de esos seis principios precedentes. La humanidad existe en la imagen del Creador de nuestro universo, y tiene necesidades y disfruta los logros que reflejan al hombre como un ser destinado a vivir como en la imagen del Creador, como esa suposición también está implícita en el tratamiento del académico soviético V.I. Vernadsky de un universo compuesto de tres fases cualitativas de litosfera, biosfera y noosfera.

Dicho esto, dentro del contexto recién delineado, ahora considera las reglas necesarias para el uso de un sistema de dinero.

El sistema de crédito

Las especificaciones físico-económicas precedentes definen, implícitamente, los métodos que se requieren para sacar exitosamente al mundo de esa crisis de desintegración global que ahora emibste, una crisis que actualmente se está acercando a una condición terminal de la vida físico-económica general, en la forma de una desintegración financiero-monetaria global que actualmente amenaza, prevista, probablemente, en la actualidad, para el intervalo de estos meses de verano presentes.

Las relaciones funcionales dentro de la economía no se pueden definir competentemente en términos de categorías separadas como tales, sino que hay que definirlas como un complejo, de manera dinámica, de acuerdo a la definición revolucionaria de Godofredo Leibniz de "dinámica" en los 1690s, o, de forma similar, su renovación en esta forma, de la antigua noción platónica de dúnamis asociada con las implicaciones del diálogo Parménides de Platón.

Por lo tanto, el único modo competente de economía financiera, es una definida por un sistema monetario de tipos de cambio fijos. Esto se requiere para la disciplina interna de una economía social de cualquier estado nacional soberano; también se requiere en un sistema de cooperación de lo que son, respectivamente, economías de estados nacionales perfectamente soberanos. Sin embargo, un sistema de dinero, aún un sistema de dinero de tipos de cambio fijos entre las naciones, no es en realidad un determinante de "valor" económico, sino que es meramente un tipo de punto de referencia hipotético para estimar una medida del progreso real, sólo relativo, del sistema económico nacional en su totalidad.

La forma ejemplar de referencia para discutir el sistema de economía nacional requerido, es una arraigada en el sistema de papel moneda que se desarrolló como el sistema de crédito que estaba asociado con el chelín Pinetree de Massachusetts, una práctica que se continuó en tanto que Massachusetts mantuvo su carta estatutaria de soberanía, previo a la cancelación de esa carta estatutaria de Massachusetts por parte de los británicos.

Los principios implícitos en la función del sistema soberano de Massachusetts asociados con el chelín Pinetree, reaparecerían en las prescripciones establecidas por el famoso sistema de banca nacional establecido bajo el secretario del Tesoro de EU, Alexander Hamilton, un sistema constitucional de EU que operaba por medio de un sistema soberano de banca nacional, eso de acuerdo al mismo principio pretendido por las reformas del presidente de EU Franklin Roosevelt, y también el establecimiento, pretendido por el presidente Roosevelt, del Bretton Woods de posguerra, un sistema global de tipos de cambio fijos, enraizado en los mismos principios de banca nacional expresados por la ley Glass-Steagall.

El significado de Glass-Steagall

Repito: en un sistema económico cuerdo, el dinero no tiene valor intrínseco. No es una medida correcta de valor, sino que es más bien una oferta por un contrato seleccionado. El principio corolario es el de aquéllos que tratan el dinero como un estimado útil de un patrón de precio-valor relativo de producción de bienes y servicios.

La elección real apropiada del precio-valor relativo no se localiza en el producto específico o la acción productiva como tal, sino en el valor relativo del producto en el proceso económico de una nación, o de un grupo de estados nacionales soberanos considerados como una totalidad dinámica — en la definición única, original, de Leibniz de los 1690s, del principio de los procesos físicos dentro del universo de una economía en su totalidad.

El hecho social de que mucha gente ha sido inducida a considerar el dinero como un patrón primario de valor, muestra, esencialmente, que son víctimas de lo que es sin lugar a dudas una forma popular, y a menudo mortal, de ilusión.

Esto no significa que la elección apropiada del precio carezca de un elemento de razón. Por ejemplo: si el precio pagado por la producción y distribución es relativamente menor, en costo de reproducción de lo que se produce, la consecuencia física será el desgaste de los poderes productivos del trabajo. Así, la selección que subyace a un sistema social de determinación de precios de bienes producidos y servicios físicamente esenciales, se localiza en el ámbito de la tasa de aumento de los poderes físico-sociales de reproducción en el funcionamiento de una sociedad en tanto proceso-físico-en efecto.

Esa noción de efecto físico se debe considerar a la luz de los siete principios de un sistema físico antientrópico de economía, tal como yo los he identificado arriba. Estas consideraciones, por cierto, no son inconsistentes con aquéllas presentadas implícitamente en el corazón del tratamiento del secretario del Tesoro de EU, Alexander Hamilton, en Sobre el asunto de las manufacturas.

El razonamiento recién desarrollado así en este capítulo hasta ahora, se clarifica al contrastar al Sistema Americano de Economía con el sistema depredador de su odioso adversario, ese sistema imperial británico que obtuvo sus raíces del carácter depredador irracionalista del llamado dogma "liberal" de Paolo Sarpi, y del seguidor del culto a Sarpi, Adam Smith.

He abordado, implícitamente, este tema antes en el presente documento; sin embargo, es importante, para propósitos prácticos de la práctica de la economía, que el argumento sea reconsiderado, ahora, a la luz de lo que ha acontecido en el curso de este informe hasta ahora.

El imperio de la sinrazón

Tim Parkinson

“En un sistema económico racional, el dinero no tiene valor intrínseco”. El rol del chelín Pinetree (izquierda; así llamado por el pino que tiene grabado) en la Colonia de la Bahía de Massachusetts del siglo 17, fue un modelo de sistema crediticio, en vez de un sistema monetario como el que tenemos hoy en día.

Desde un cierto momento en la historia de Europa previo a la guerra del Peloponeso, el nacimiento de la civilización europea en la forma de un tipo de cultura marítima mediterránea implícitamente marítimo-imperialista, apareció principalmente como un reflejo de los retos representados por una civilización egipcia previa, ya antigua para entonces. La imagen de este desarrollo se refleja, por ejemplo, en la figura de Atenea, en las sagas contrastantes de la Iliada y la Odisea homéricas, y en la literatura clásica griega referente a tal relación. Para el lector angloparlante, la célebre obra de genio presentada por la traducción, claramente apasionada y más que elegante, que se encuentra en el Homero de Chapman, puede ser muy placentera para aquéllos que disfrutan el estilo de actuación, desde atrás de la máscara, de los dramas de Esquilo.[31] Algo que se asemeja al peor aspecto de esa antigua cultura marítima griega, se expresa en la trilogía de Prometeo de Esquilo, al presentar el cuadro pertinente del Zeus olímpico, como lo presenta el historiador siciliano Diodoro Sículo, durante los tiempos romanos. Aristóteles habla de este asunto descrito por la trilogía de Prometeo de Esquilo, en la afinidad del propio Aristóteles con la idea de una sociedad en la cual "el conocimiento del uso del fuego" (es decir, la creatividad humana) está prohibida para la práctica de la población general casi esclava, bajo el reinado del estilo olímpico en la oligarquía, como la leyenda del Prometeo de Esquilo presenta esta cuestión de política social.[32]

La misma cuestión —como el enemigo de Platón, Aristóteles, afirma la cuestión pertinente de política— la enfatiza el aliado del apóstol cristiano Pedro, Filón de Alejandría del judaísmo, quien denuncia a Aristóteles por afirmar que el Creador perdió su poder de continuar creando, una vez que una acción inicial de creación del universo había sido concluida. Exactamente el mismo argumento de Aristóteles, se expresa posteriormente en tiempos romanos en el ropaje de las nociones aristotélicas de apriorismo sobre las cuales había dependido la geometría aristotélica de Euclides.

El desarrollo del hombre y la infraestructura

Lyndon H. LaRouche, Jr.
©Gert Mothes

La cultura clásica constituye un prerrequisito para el desarrollo de las facultades productivas del trabajo, y de este modo, para el aumento del poder de la especie humana en el universo. En la foto, el coro Thomanerchor de Leipzig, Alemania.

Por razones ya expresadas previamente desde el inicio del presente informe, la necesidad de evitar un declive natural de los pueblos y las naciones hacia la depravación, depende, como asunto de principio físico, del aumento de los poderes productivos del trabajo, per cápita y por kilómetro cuadrado. Las condiciones para el progreso neto de la sociedad dependen primariamente, por una parte, del avance de las cualidades asociadas con el aumento de los poderes productivos intelectuales del trabajo y de lo que aptamente se denomina "cultura clásica", y de la cualidad de los fundamentos representados por el desarrollo cualitativo de la infraestructura económica básica. El efecto combinado de esos dos elementos cruciales de progreso es el aumento del poder de la especie humana dentro del universo en general.

Como he desarrollado el concepto de los medios por los cuales se obtiene el progreso cualitativo del desarrollo de la mente humana, en el curso de los capítulos precedentes de este informe, el éxito continuado del desempeño de la humanidad como especie depende de un cambio general en la noción de la naturaleza humana, de la relativa bestialidad de fe ciega en lo que se llama "certeza sensorial", a la noción de la personalidad creativa individual intencionalmente autoconsciente, que considera la percepción sensorial y la creencia en las imágenes de la certeza sensorial como el aspecto bestializado de la autoimagen de la humanidad. Es el hombre y la mujer que reconocen que su identidad y el poder de nuestra especie se localizan esencialmente en un dominio de creatividad distinto y por encima de las nociones de la certeza sensorial, como yo he presentado varias imágenes de esa distinción en los capítulos precedentes de este informe.

Con el advenimiento del descubrimiento del principio de la ciencia de la química física, de que el universo apropiado de referencia para la ciencia física de la economía se sitúa dentro del concepto de un universo que es esencialmente un dominio de radiación cósmica, nos aparece una imagen del hombre y la mujer como se resume en el célebre primer capítulo del Libro del Génesis. Con este avance, hemos entrado en la antesala del descubrimiento largamente esperado de la naturaleza práctica de la especie humana y su destino.

Es, por tanto, a través de esta conciencia llevada a la práctica, de este sentido más verdadero de la relación de la humanidad en el universo expandiente, y del mismo, que los motivos para un gran avance en el papel de la humanidad en este universo ahora nos aparecen en una perspectiva clara, científica y de cultura clásica.

Este conocimiento, y la dedicación que esto implica, debe ser el motivo para la elevación de la humanidad, desde el estado presente de un mundo que, por otra parte, ahora se hunde en el período más grande de depravación en la historia socio-intelectual conocida del pasado de la humanidad.

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El documento que se presenta arriba, es el primero de una serie de informes que pretenden plantear, paso a paso, los nuevos principios de la economía mundial que se requieren para solucionar el desastre sin paralelo que representa el desplome ahora en marcha del presente sistema mundial.

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Notas:

[1] Es decir, sin permitir los juegos de azar.

[2] El atinente concepto contrario, moderno, de la economía, tal como el sistema británico que los seguidores británicos de Paolo Sarpi le dictaron a Karl Marx en el Mueso Británico, niega la existencia de cualquier principio físico cognoscible en la economía, que no sea la doctrina estadística infantil, post hoc, ergo propter hoc, como la de la escuela imperialista de Adam Smith y de Jeremy Bentham.

[3] Calcio, hierro y cobre, ejemplifican los roles semejantes al indicado aquí para la clorofila.

[4] Por ejemplo, mediante la acción de los procesos vivos pertinentes, la biosfera de V.I. Vernadsky aporta una parte decisiva de lo que la sociedad es capaz de cosechar de lo que los hábitos presentes identifican como "metales".

[5] "Lo que tu contador nunca entendió: La economía secreta", larouchepub.com/espanol, 12 de julio de 2010.

[6] La pertinencia de este uso del término "alma" quedará más claro en el transcurso del desarrollo del contenido de este capítulo. No se han tomado libertades erradas al plantear la cuestión en estos términos.

[7] La atribución del descubrimiento de la gravitación a Isaac Newton, fue siempre un fraude, y se sabía que era tal entre los científicos británicos competentes durante la vida de Newton, a través de evidencias que diletantes notables de los medios tribunalicios británicos hicieron a un lado en esa época. En las primeras décadas del siglo 19, se habían desacreditado penamente todas y cada una de las pretensiones de descubrimientos de principios de Newton, y no obstante, durante el resto del siglo 19 y en general, hasta la fecha presente, el mito creado sobre el menso de Newton por el abate Antonio S. Conti, persiste con una especie de devoción religiosa pagana, en algunas cuestiones, tales como el tema de la gravitación, entre algunos científicos incluso brillantes, pero miedosos. Entre estos últimos, el fraude puro de los seguidores de Bertrand Russell y el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados de los círculos de Crambridge, es el peor caso.

[8] Laplace y su cómplice Augustin Cauchy fueron llevados a la Ecole Polytechnique para sustituir a Gaspard Monge y Lazare Carnot a través del controlador británico de la Francia ocupada en esa época, el duque de Wellington.

[9] Por ejemplo, los frauds contra la ciencia y contra la humanidad, como los que se expresan en el fomento de la legislación de "topes y comercio" que se le venden a los incautos hoy en día.

[10] H. Graham Lowry, How the Nation Was Won: America's Untold Story 1630-1754 (Cómo se ganó la nación: Crónica inédita de Estados Unidos 1630-1754); Washington, D.C., Executive Intelligence Review, 1987.

[11] Ciertamente, tengo que conceder la competencia de mi esposa en tales materias; pero los hechos que presento son verdaderos.

[12] Debo tomar este momento como la ocasión pertinente para denunciar como práctica despreciable, el uso de vestuario contemporáneos en la puesta en escena de obras costumbristas de la historia pasada. El abuso contra Shakespeare mediante tales anacronismos, como los del Teatro Mercury de Orson Welles, es emblemático del teatro que vestiría a los actores de una escena de invierno en el Ártico, como nudistas. La mente del público debe considerar la distancia del tiempo y del lugar a partir de la realidad del tiempo y lugar al cual se ha de referir la mente del público.

[13] David Shavin, "The Musical Soul of Scientific Creativity: Rebecca Dirichlet's Development of the Complex Domain" (El alma musical de la creatividad científica: El desarrollo del dominio complejo de Rebecca Dirichlet), EIR, 11 de junio de 2010, y Michelle Rasmussen, "Robert and Clara Schumann, and Their Teacher, J.S. Bach" (Robert y Clara Schumann y su maestro, J. S. Bach), EIR, 18 de junio de 2010.

[14] En las circunstancias presentes, podríamos anticipar la probabilidad de que un miembro electo del Senado no asuma el cargo.

[15] El trabajo de Quesnay se guió, en cuanto a principios, por la influencia transmitida del notorio saltimbanqui abate Antonio S. Conti, quien, en concierto con su lacayo conocido como Voltaire, lanzó el culto antileibniziano de después del siglo 18 posterior a 1715. La doctrina social de Quesnay se fundamentaba, de acuerdo a su propio planteo, en la suposición de que, dado que los siervos campesinos eran solo una forma de Ganado, que eran los milagrosos poderes del título del ennoblecido propietario de la propiedad rural, la única fuente de lo que se debía considerar como la ganancia legítima del trabajo por la sociedad.

[16] Adam Smith había sido adoptado durante la época de la Paz de París de 1763, como espeía al servicio del recien nacido imperio de lord Shelburne de la Compaía de Indias Orientales británica. La tarea asignada a Smith fue espiar contra los objetivos designados en las colonias inglesas en América y en Francia. A este, fin, Smith se ofreció para entrar al servicio de Turgot, ganando acceso de ese modo a sus manuscritos en proceso de los cuales levantó trozos enteros para su Riqueza de las Naciones de 1776.

[17] Como se manifestó ese imperio con los acontecimientos posteriores a febrero de 1968 que completaron lo que inició el primer ministro Harold Wilson cuando lanzó la revaluación de la libra esterlina en el otoño de 1967, la revaluación consecuente del dólar estadounidense en febrero de 1968 y los acontecimientos subsecuentes que se traslapan con los de 1971 con el cierre del sistema iniciado por Estados Unidosde tipos de cambio fijos, y el acontecimiento relacionado del lanzamiento que hizo lord Jacob Rothschild del Grupo Inter-Alpha del imperio británico. Asimismo, la ruina de la economía estadounidense por la Comisión Trilateral de David Rockefeller bajo el gobierno estadounidense del Presidente Jimmy Carter y las nuevas operaciones de J.P. iniciadas abiertamente en el período del primer gobierno de Reagan, incluyendo los papeles destructivos fundamentales contra el dólar estadounidense que jugó Alan Greenspan desde la década de los 1980.

[18] Como resultado de la destrucción y del retroceso de las economías y las culturas de la region trasatlántica desde 1968, la capacidad para satisfacer las misiones tripuladas en el espacio cercano ha recibido un retroceso de varias generaciones desde el nivel catastrófico del revés cultural desde principios de los 1980. Se necesitarán dos generaciones para recuperar las economías trasatlánticas y la fuerza de trabajo potencial al nivel de competencia que todavía se podía recuperar en los primeros años de la década de 1980.

[19] Estos temas constituyen la provincial de asociados pertinentes míos, quienes tienen más que decir sobre estas materias en ocasiones apropiadas y tiempos futuros.

[20] Bernhard Riemann, Über die Hypothesen, welche der Geometrie zu Grunde liegen: (Sobre las hipótesis que fundamentan la geometría) "III, Anwendung auf den Raum." Bernhard Riemann's gesammelte Mathematische Werke. Heinrich Weber, ed. 1902; pp. 283-286. [21] Aunque Concordancia Catholica abordaba una crisis de organización al interior de la iglesia católica en esa época, jugó también una parte decisiva en definir la noción de la república del Estado nacional moderno. Es notable la manera en que se puso a la consideración del Concilio el asesinato judicial de Juana de Arco, como se refleja también en el establecimiento de Francia bajo Luis XI, así como Inglaterra bajo Enrique VII.

[22] Un juego diseñado por Cusa, opuesto a von Neumann y Morgenstern, el cual tuve la fortuna de probar en la práctica, en el escenario pertinente del claustro de Bernkastel-Kues.

[23] Kepler le heredó dos retos a los "futuros matemáticos". El primero fue el descubrimiento del cálculo infinitesimal, lo cual se logró, principalmente, gracias a Leibniz; el segundo, fue el desarrollo del concepto de funciones elípticas que se llegó a asociar a los contemporáneos de Carl F. Gauss.

[24] Como en otros casos relevantes de esa misma antigüedad, los recursos empleados por los asesores de Cristobal Colón de entre los colaboradores de Cusa, dependían decisivamente de la medición experimental mucho más anterior que hizo Eratóstenes de una estimación justa del tamaño del planeta Tierra, también, del arco desde Alejandría hasta Roma. La mentalidad de Arquitas, quien resolvió la duplicación del cubo, y el asociado de Arquitas, Platón, son sumamente pertinentes para ubicar los productos del genio del Eratóstenes cirenaico.

[25] Por ejemplo, fue la misma Venecia la que orquestó la división de Europa para continuar la guerra de ese intervalo de 1492-1648, a través del control veneciano directo sobre el carnicero conocido como el errante rey Enrique VIII de Inglaterra, lo cual condujo a lo que habría de devenir en el acontecimiento posterior de lo que se convirtió en el modo rabiosamente reduccionista del imperialismo liberal angloholandés que domina al mundo hoy día.

[26] El asesinato del patriota estadounidense Presidente McKinley, cometido por un asesino importado desde Europa para ese propósito, el 1 de septiembre de 1901, dio paso al vicepresidente Theodore Roosevelt, el sobrino y protegido del ex jefe del servicio de inteligencia de la Confederación, a la Presidencia: un subproducto irónico de la controversia Hayes-Tilden posterior a 1876 en ese año de la elección presidencial, un hábito de pretendida reconciliación entre los patriotas y los ex confederados. La sustitución de un patriota como McKinley por Theodore Roosevelt, significó un revés político que causó la Primera Guerra Mundial por el efecto de poner a un lamebotas del imperialismo británico como Theodore Roosevelt en la Presidencia. Este cambió se aclaró en Portsmouth, Nueva Hampshire, en el "acuerdo negociado" de Theodore Roosevelt a favor de un Japón aliado de Gran Bretaña en contra de Rusia. No fue sino hasta la elección de Franklin Roosevelt, que se reestableció el legado de patriotismo de Abraham Lincoln.

[27] Jefferson fue un Presidente terrible en lo esencial. Madison mostró los efectos de una vida bajo un esposa, "Dolly", que, como lo ha reportado Tony Chaitkin, había sido una elección arreglada mediante el traidor flagrante y fundador del Banco de Manhattan dirigido por Londres, Aaron Burr. Durante ese período y después, Aaron Burr había sido una pieza bajo control del designado de lord Palmerston, Jeremy Bentham, quien luego dirigió el servicio de inteligencia secreta del Despacho del Exterior británico creado por Palmerston, el mismo Bentham que había supervisado la orquestación de lo que devino el Terror jacobino, y de este modo, la selección subsecuente de esa pieza de los británicos conocida como Napoleón Bonaparte, que hundió a toda la Europa continental en su reedición de la Guerra de los Siete Años, en la insensatez del desangramiento de la Europa continental, a través de guerras de rapiña y saqueo, lo cual redujo a Europa continental a un estado de ruina de sus naciones desde la época de Waterloo y el subsecuente pacto de Viena entre Londres y los Habsburgo. Gran Bretaña prevaleció mediante tal ayuda de Napoleón.

[28] Algunos quizá protesten en contra de esta corrección, pero la cualidad de urgencia de la realidad actual, exige que, esta vez, pongamos la herencia mosaica real libre de obscenidades babilónicas.

[29] Los aspectos prometedores del gobierno de William Clinton fueron que retrasó gran parte del daño que se hubiese hecho bajo un segundo gobierno de George H.W. Bush, y si ensayó el esfuerzo para enfrentar el colapso de reacción en cadena en 1998 de la especulación con bonos rusos, pero tales logros se anularon con el bagaje de la vicepresidencia de Al Gore, y de la persistente amenaza del enjuiciamiento intentado por Wall Street y Londres. Específicamente, cuando impulse en 1996 al gobierno de Clinton para que abriese la cooperación con destacadas personalidades rusas, las presiones que impuso Gore sobre el Presidente Clinton para ganar un segundo período constituyeron una dura amenaza a cualquier acontecimiento racional que se intentase en las reformas en las relaciones económicas entre Estados Unidos y Rusia.

[30] Yo argumentaría que, cuando tomamos en cuenta las implicaciones de lo que he escrito sobre las relaciones entre la sombra de la percepción sensorial del hombre y la realidad interna, en los capítulos anteriores de este informe, la existencia de lo que pudieran parecer formas con una cualidad de inteligencia específica de la humanidad, pero en una forma de existencia diferente, no se pueden excluir como "otras expresiones" de una especie de ser creativo bajo otras condiciones planetarias. Esto está implícito en el hecho de la universalidad de la vida como principio del dominio de radiación cósmica universal.

[31] Me refiero aquí a mis comentarios anteriores sobre la comprensión apropiada de los principios del drama.

[32] Nótese, en particular, la pretensión de los oligarcas británicos de considerarse a si mismos a semejanza de los dioses paganos virtuales que presenta Esquilo, cuando se compara a una población británica más afable que en general está más inducida a comportarse y a pensar de manera más propia del ganado que de las personas.

 

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