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Literatura

La España de Carlos III y el Sistema Americano

Discurso sobre el fomento de la industria popular
de Pedro Rodríguez Campomanes, de 1774

Prefacio

. . . A tan loables fines se encamina este discurso, para que las gentes y los Magistrados se reúnan con celo patriótico a promover, según sus fuerzas, la utilidad general de España y a destruir la opinión injuriosa y vulgar con que sin razón se tacha a los españoles de perezosos, facilitándoles los medios de no serlo y que hasta ahora les han faltado.. . . La caridad con el próximo, muy recomendada en la moral cristiana, tendrá un seguro método de ayudar al Estado. La verdadera riqueza de éste consiste en que a nadie falte dentro del Reino ocupación provechosa y acomodada a sus fuerzas, con que poder mantenerse y criar sus hijos aplicados.. . . Es imposible amar el bien público y adular las pasiones desordenadas del ocio. La actividad del pueblo es el verdadero móvil que le puede conducir a la prosperidad y a ese blanco se dirige el presente razonamiento.

I

La agricultura sin artes es lánguida. . . ¿Qué se hará de tan gran porción del Pueblo si se descuidan las artes y se pone sólo atención en la agricultura y cría de ganados?

VI

Los medios de animar las fábricas bastas y finas son harto sencillos, pero requieren celo y personas que instruyan las gentes, además de ayudarlas con los auxilios necesarios.3. . . . El establecimiento de Academias económicas y de agricultura para examinar el modo de promover estas industrias, traduciendo las mejores obras escritas en este género fuera de España, puede hacer familiares los más importantes descubrimientos. . .8. . . . Las matemáticas son las que facilitan el conocimiento, la invención y la perfección de las máquinas para emplearlas en todas las artes y oficios. Por la misma razón debería dotarse a lo menos un Maestro o Catedrático de matemáticas con un buen salario en la misma Capital de la Provincia y allí debería dar lección a cuantos las quisiesen aprender, y resolver las dudas que ocurriesen aplicativas a las armas y a sus instrumentos, máquinas y usos sujetos al cálculo. Estos idénticos métodos, que han instruido a Naciones más rudas y pobres, producirán en España necesariamente importantes efectos. . .

VII

Mientras haya en una provincia árbol, yerba, fruto, mineral o viviente cuyo uso se ignora, es menester confesar que permanecen aún sus habitantes destituidos de las indagaciones esenciales que exige la industria bien establecida. Es gran descuido traer de afuera lo que puede lograrse en el País a menor costa y sin pérdida de la balanza nacional.

VIII

. . . En donde la industria popular se halla bien establecida no se quejan los padres por tener muchos hijos, ni de que les falte el sustento y ocupación diaria, antes es una felicidad tener una muchedumbre de hijos.Como en el gran número de la gente común consiste la robustez de una Nación, es axioma cierto que la industria popular es el verdadero nervio para sostener su pujanza.

IX

El número de manufacturas se multiplica en proporción a la mayor facilidad de hacerlas. . .Tales comparaciones y observaciones sólo se pueden hacer por unos cuerpos patrióticos formados a imitación de la Sociedad Bascongada de los Amigos del País, reduciendo a experimentos y clculos todos estos aprovechamientos y economías. Cuyas comparaciones no es posible las hagan las gentes rústicas, ni que pueda asegurarse su certeza y exactitud, sin la concurrencia y auxilio de las personas distinguidas y celosas de cada Provincia, unidad en sociedad y correspondencia, que reduzcan a "Memorias Académicas" sus observaciones y las vayan comunicando continuamente al público.Todos desean, y con razón, que se fomente la industria, pero si se les pregunta en qué consiste la industria, cuál es el estado actual que tiene en su Provincia, qué ramos o cosechas van en aumento o disminuyen, qué causas influyen a la decadencia y cuáles auxilios convendrían para evitarla, es menester confesar que no hay hombre alguno que pueda por sí solo tener o adquirir estos conocimientos prácticos.Don Bernardo Ward, Ministro que fue de la Junta de Comercio y que tenía inteligencia del estado general de la Europa en punto a comercio y fábricas, creía que esta falta de noticias hacía mucho perjuicio al gobierno y que podría suplirse nombrándose personas que visitasen y se instruyesen de las producciones, industria y estado de todas las Provincias.Este conocimiento podría, sin duda, traer por de contado alguna utilidad, pero siempre sería superficial y momentáneo, en lugar que una Sociedad Económica, compuesta de individuos correspondientes y dispersos en los pueblos que compongan la Provincia, pueden adquirir un pleno conocimiento de su estado, de las causas que influyen y del progreso ulterior, llevando las indagaciones a la perfección posible, lo cual no es dable a ningún particular.La nobleza de las Provincias, que por lo común vive ociosa, ocuparía en estas Sociedades Económicas, en los experimentos y en el desempeño de las indagaciones, de que más adelante se tratará, útilmente su tiempo, y sin desembolso alguno del Estado serían los nobles los promovedores de la industria y el apoyo permanente de sus compatriotas. El Reino tendría un número crecido de personas ilustradas a quienes consultar y emplear según su talento, y ellos mismos disiparían las preocupaciones y errores políticos que la ignorancia propaga en agravio y daño de la Nación. Por este medio. no habría habitante en España que, según su clase, no contribuyese a la riqueza nacional.

XV

Nada es más contrario a la industria popular que la erección de gremios y fueron privilegiados, dividiendo en unas sociedades pequeñas al pueblo y eximiéndolas de la justicia ordinaria en muchos casos. Si este método se repite demasiado son de temer consecuencias desagradables contra la extensión y bondad de las manufacturas.. . . El fomento de las artes es incompatible con la subsistencia imperfecta de gremios...

XVII

Las artes que faltan en una Nación, siendo provechosas, es necesario introducirlas y esto se consigue o enviando naturales que las aprendan o traigan de fuera o trayendo artistas extranjeros hábiles que las enseñen a España. Si se hace uno y otro a costa del público llegarán los oficios más fácilmente a su plena perfección. La dificultad consiste unas veces en falta de medios para costear tales gastos, o en ignorar los pueblos las artes que les podrían convenir y el régimen que deberían poner a efecto de propagar la tal industria.Si las ciencias requieren escuelas generalmente dotadas a costa del común en falta de fundaciones particulares, la industria popular no es menos acreedora a una enseñanza suficiente y gratuita. . .

XVIII

Hay una gran pérdida de industria en los condenados a presidio, mientras se perfecciona la forma con que actualmente son empleados en ellos. Es un punto que merece particular examen y reglas más circunstanciales. El almacenar muchos delincuentes en un presidio sin ocupación, es indirectamente darles nuevas maneras de. . . aprender la facilidad de delinquir. . . y así salen de allí por lo común incorregibles... La población numerosa y destinada es el mayor bien de un Estado y el fundamento de su verdadero poder. No es, pues, un objeto de corta consideración aprovechar en lo posible vagos y delincuentes, dirigiendo al mismo fin y conmutando muchas penas aflictivas de las que se hayan anticuadas en nuestras Leyes o que ya no corresponden a las costumbres ni a las luces del siglo. . .

XX

La Sociedad Económica ha de ser compuesta, para que pueda ser útil, de la nobleza más instruida del país. Ella es la que posee las principales y más pingües tierras y tiene el principal interés en fomentar la riqueza del pueblo, cuya industria da valor a sus posesiones. . .1. La Sociedad cuidará de promover la educación de la nobleza, el amor al Rey y a la Patria. Una nobleza escasa de educación no conserva el decoro que le es debido por su sangre. La Sociedad Bascongada ha conocido que esta educación es el fundamento para que sean estables y útiles tales asociaciones políticas.8. . . . La agricultura, la cría de ganados, la pesca, las fábricas, el comercio, la navegación en su mayor aumento, en cuanto a las reflexiones científicas de propagar estos ramos, deben formar la ocupación y el estudio de las Sociedades Económicas, ya traduciendo las buenas obras publicadas afuera, con notas y reflexiones acomodadas a nuestro suelo, ya haciendo experimentos y cálculos políticos en nuestras materias, ya representando o instruyendo a los superiores a quienes pertenezca proveer de remedio...18. Estas academias se podrán considerar como una escuela pública de la teórica y práctica de la economía política en todas las provincias de Españ'a, fiadas al cargo de la nobleza y de las gentes acomodadas, las cuales únicamente pueden aplicarse a esta especie de estudio.Lo que en las Universidades no se enseña, ni en las demás escuelas, será una instrucción general de la nobleza del Reino que se logrará en las Sociedades. Dentro de poco tiempo trascenderá al Pueblo, para que sin equivocaciones conozca los medios de enriquecerse y de poder servir al Rey y a la patria en cualquier urgencia. Entonces los proyectos serán quiméricos y fundados en estancos y opresiones, como ahora se advierte en los que de ordinario se presentan por no tener sus autores a la vista lo que es compatible o repugnante al bien general del Estado, a causa de faltarles el estudio necesario y los libros.

Puede conjeturarse que, acertándose con el método de inflamar en el amor del bien público a estas Sociedades, logrará España reunir en su seno los conocimientos que ha costado siglos y tesoros inmensos a otras naciones adquirirlos e irlos rectificando con gran fatiga suya hasta llegar a la debida perfección.

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