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Literatura La España de Carlos III y el Sistema Americano La 'Instrucción Reservada' de Carlos III: La" Instrucción Reservada" que la Junta de Estado, creada formalmente
por mí, decreto de este día 8 de julio de 1787, deberá observar en
todos los puntos y ramos encargados a su conocimiento y examen. 12. Perjuicios
principales de la amortización o "manos muertas" ("manos muertas" son
propiedades feudales, con frecuencia eclesiásticas, con título de
perpetuidad—Ndr.). El menor inconveniente, aunque no sea pequeño, es el de que
tales bienes se sustraigan a los tributos; pues hay otros dos mayores, que son,
recargar a los demás vasallos, y quedar los bienes amortizados expuestos a
deteriorarse y perderse, luego que los poseedores no pueden cuidarlos o son
desaplicados y pobres, como se experimenta y ve con dolor en todas partes, pues
no hay tierras, casas, ni bienes raíces más abandonados y destruidos que los
de capellanías y otras fundaciones perpetuas, con perjuicio imponderable
del Estado. 51. Hospicios, hospitales y casas de misericordia. En mi tiempo he
promovido cuanto he podido la buena policía formal de los pueblos,
persiguiendo a los ociosos, vagos y mal entretenidos, desterrando la mendiguez,
recogiendo los pobres desvalidos, huérfanos, expósitos y enfermos,
estableciendo, dotando y auxiliando los hospitales y casas de misericordia,
hospitales y otros establecimientos de esta clase. Todavía admite y admitirá
siempre esta materia grandes extensiones y exigirá muchos cuidados.
Principalmente conviene la formación de un reglamento para estos ramos
importantísimos de policía, dividiendo el de recogimiento de pobres y
persecución de vagos del de gobierno y manutención de los hospicios,
hospitales, casas de huérfanos y expósitos, de modo que el primer
ramo que sea a cargo de un cuerpo o persona autorizada, y el segundo de otra.
Quiero manifestar mis ideas a la Junta, empezadas a practicar en parte para que
las vaya continuando y mejorando y pueda perpetuarlas, formando de ellas un
sistema para sus dictámenes, y para apoyar y proponer las providencias
consiguientes a estos objetos. 52. Medios para extinguir la ociosidad. No puede
conseguirse la extinción o conveniente minoración de los ociosos,
vagos y mal entretenidos si al mismo tiempo no se proporcionan trabajos en
qué emplear a estos y otros desaplicados. Tampoco basta para ello el
establecer y promover fábricas, proteger las artes, la agricultura y el comercio,
si no se honran todos los oficios y medios de subsistir los hombres, desterrando
la enjevecida preocupación de que hay oficios viles y de que todos los
mecánicos perjudican a la nobleza y a la estimación común. He tomado
resoluciones, a consulta del Concejo de Castilla, para evitar estos males; pero
conviene llevar adelante esta idea. Los hombres aman naturalmente el honor, y
mucho más los españoles; todos quieren ser o parecer nobles. 53. Las Sociedades
Económicas fomentan las artes y procuran desterrar la ociosidad. Con la
erección de las sociedades Económicas y el cuidado que éstas
hayan puesto en fomentar las artes podrá desterrarse en parte la
preocupación; se han incorporado en ellas muchos nobles, y conviene
animarlos. Será útil también difundir la noticia del ejemplo que dan
mis amados hijos, el príncipe e infantes, los cuales emplean muchas horas
del día en todo género de ejercicios y trabajos de las artes
útiles. La nobleza inglesa se matricula en los gremios de artesanos, si
quiere entrar en los empleos del Estado y deliberaciones del Parlamento. La
publicidad y buen uso de estas especies podrá hacer buen efecto para preparar la
destrucción o moderación de los estatutos. 69. Academia de Ciencias. Las enseñanzas públicas y las academias tienen por objeto el complemento
de la educación que es la instrucción sólida de mis
súbditos en todos los conocimientos humanos. En esta parte, lo que hace más
falta es el estudio de las ciencias exactas, como las matemáticas, la
astronomía, la hidráulica, la maquinaria y otras ciencias prácticas. Con el
fin de promover entre mis vasallos el estudio, aplicación y
perfección de estos conocimientos he resuelto fundar una Academia de
Ciencias y encargo muy particularmente a la Junta coopere con estas ideas y las
recuerde con frecuencia y oportunidad. 72. Banco Nacional. Igual encargo me ha
parecido haber a la Junta para la protección del Banco Nacional, sin el
cual faltar al comercio uno de sus apoyos más necesarios, y a la Corona el mayor
y más eficaz recurso. Todas cuantas quejas, rumores y agravios se expongan contra
un establecimiento como éste, que me ha costado sumos desvelos, no
equivalen a las utilidades que la nación y el gobierno sacan y han de
sacar de él, cuidando la Junta de no dejarse preocupar de cualquiera
defecto o desorden particular que puede haber y se podrá remediar, y de no
confundile con la utilidad general y sólida del Banco y su permanencia. A
este fin mando se le guarden todas las concesiones y gracias que le he hecho, y
que se aumenten las necesarias. 73. Comunicaciones en lo interior del reino. El
comercio general exterior y el tráfico interno deben ser también muy
protegidos, así para facilitar los progresos del de Indias y la salida de
los frutos de sus retornos como para proporcionar el surtimiento de abastos de
los pueblos, la circulación de sus manufacturas y producciones, y el
socorro mutuo de las provincias de mis dominios. 74. Canales de riego y de
navegación. Para estos fines conducen necesariamente los caminos y canales
de riego y navegación, sin los cuales no puede haber facilidad ni ahorros
en los transportes. La Junta debe auxiliar con todas sus fuerzas a los ministros
encargados respectivamente de estos ramos, inventar y proponerme los medios y
arbitrios más efectivos de abreviar la completa ejecución de estas
ideas. 161. Empleo de las tropas en los trabajos públicos. Uno de los
puntos importantes para mantener y mejorar el vigor y robustez de las tropas,
sus costumbres y disciplina, es el de emplearlas en los trabajos públicos,
como se ha empezado a practicar de mi orden. A esto pueden contribuir mucho los
Capitanes Generales de provincia con sus disposiciones, providencias y
autoridad, y cuando tengan el mando político podrán hacerse mucho honor y
mucho bien a la provincia por este medio. 194. Para que la Hacienda esté floreciente se necesita fomentar el reino; es decir, su población,
agricultura, artes, industria y comercio. Recelo que se han empleado siempre más
tiempo y desvelos en la exacción o cobranza de las rentas, tributos, y
demás ramos de la real Hacienda que en el cultivo de los territorios que los
producen y en el fomento de sus habitanes, que han de facilitar aquellos
productos. Ahora se piensa diferentemente, y éste es el primer encargo que
hago a la Junta y al celo del ministro encargado de mi real Hacienda; esto es,
que tanto o más se piense en cultivarla que en disfrutarla, por cuyo medio será
mayor y más seguro el fruto. El cultivo consiste en el fomento de la
población con el de la agricultura, el de las artes e industria, y el del
comercio. Dejo insinuados en otra parte de esta instrucción los medios de
promover y adelantar estos ramos, y así no vuelvo a recordarlos aquí a
la Junta, para que mi real Hacienda concurra por su parte a los gastos de su
aumento y mejoría. 205. Conviene prohibir las cosas hechas o fabricadas en última mano en los reinos extraños. Entre los prohibidos se comprenden con
especialidad las cosas hechas o fabricadas de útima mano, que dejan en
qué ejercitarse en manera alguna nuestra industria nacional, como por
ejemplo todo género de vestidos, adorno, y calzado de hombres y mujeres,
los muebles de casa, coches y otros muebles de calle, ropa blanca, camisas,
calcetas y otras cosas de esta naturaleza, a que he agregado la
prohibición de la cintería de varias clases, hilo ordinario, y otros
ramos que todas las gentes pobres pueden trabajar y dejaban de hacerlo, viviendo
en la mendiguez mientras nos surtían las naciones extranjeras. __________________________________________________________________________ |
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